Déjame contarte historias
tas para explicar lo que s
el St
su cabello castaño perfectamente peinado, sus ojos café claro, sus labios gruesos y su altura perfecta, y podr
solamente esta puesta sobre él, pero él ni siquier
hael vas a reprobar. - m
sonrió en direcc
sta mucho. - h
no lo invit
? Claro que no. - n
pido ella. - señala a Meredith Greisen la cual se encontraba unos as
s ojos en
verme, ni siquiera cuando he
strale que se esta perdiendo de tod
raternidad Kappa ku, inclusive dormimos en la misma habitación, así que nue
o el ceño confundida, él suele tardarse un poco para salir del aula de clases, sin esperar a mi
de saber a donde iba con tanta prisa. Lo veo girar en un pasillo que va directamente a l
Miki. - murmur
la cancha abierta, miro a todos los lados para seccionarme de que nadie me este
todos lados, no veía a M
bol cerrarse con fuerza. - ¡Ah! - grite asustada, llevo mi mano
qué me
brazos esperando una respuesta y
. yo..
mar palabras coherente
arte algo. Esta vez
e no te escuche a
preguntarte algo. - hablo esta ve
que se
rajos le iba a preguntar? Yo solamente quería sa
s hacer el vier
n me a
or q
er con una pregunta. - co
inco
ener una conversación co
los ojos en banco. - no estaré ocup
as salir a
l, pero no suelo salir con
único que sale
ugar, abro la puerta y salgo del lugar con l
e toma de la mano. -
- me deshago
omo un vil
a. - Antonella me sigue. -
- resp
é suc
pero me dijo que no salía con chicas
mbre para pasarla bien y créeme, él se arrepentirá de lo qu
. - le doy una
arse una buena cerveza. - se
iego. Antonella sabe c
illos y zonas verdes que nos brindan en el recinto. Antonella y yo nos encontrábamos justo sentadas cerca de la barra disfrutando de una cerveza dorada, en aquel instante Swe
smo tiempo. - Where the skies are so blue...S
ién con las copas un poco p
ho. -había regado parte de
e que no lo hiciste
rsona me hubiera dicho que
- me sonríe. Mientras siento como mis mejillas se van calentando por la
iana Méndez. -
as en el
ca te he visto po
voy a entrar, estoy
genial. -
de irnos! - su grupo
los pasillos. - me guiña un ojo