No te pertenezco Morgan
silencio y Christopher prefería ser ruidoso al narrar historias con sus dos juguetes de superhéroes. Antes de comenzar los preparativos
devorar la imitación saludable de una dona—, cuando era pequeñ
actitud cordial, los gestos cariñosos que tenía con Chris y Henry, el tra
con su comida —dijo acercándome el pla
mantequilla de cacahuete y frutos secos, so
no —murmuré cub
a mesa, entrecerró los ojos y su nariz se arrugó,
abla con la boca llena —se quejó C
concedió Finn, ri
endo indignación, pero terminé p
úlpeme, S
ían molestar y Finn podría castigarme sin comer. La tarde se pasó rápidamente
n el comedor mientras Finn me contaba una historia graciosa sobre la
era el causante de roer los cables —dijo en medio de una carcajada—. Morgan se molestó
no al hospital? —pr
mostrar un punto —s
dose, avisando que Baker había llegado. El castaño dejó algunas bolsas so
e evitaras hablarle —coment
e su silla para comenzar a llevarse los recipientes sucios q
aciló—, Clarisse me
repentinamente interesado
rdené que l
privada o en la manera en la que se trataban el uno al otro, pero era imposible
hiciera todo el día?
a mí, alzó una ceja y su expresión
ansias mi ll
s ante sus palabras, no esperaba q
—dije apretand
osa e insopor
ido la audacia de decir aquello. Nuestras miradas lucha
cisamente el ch
se llevó ambas manos a la cadera
amigos, ¿pero es necesario
ar el rostro de Finn, finalmente sacudió
se al frigorífico, bu
a boca, parecía reprimir una sonrisa mie
ti —comentó con aparente di
n con Baker, decidí tomar en cuenta la sugerencia de Fin
na sonrisa—, ¿pod
e había tragado el orgullo y el sabor era amargo. Baker me m
ándose consigo las bolsas
cerrando la puerta tras de sí. En ese instante comencé a sentirme nerviosa,
persona que tenía problemas con mi padre. De alg
la puerta? —preg
se. Baker parecía divertido con la situación, pero hasta cierto p
estilo —dijo entrelazando sus tobillos—, no esto
sin ápice de diversión
por creer que eres
pantalla, conectando sus
uso sexual a la ligera —dijo co
ualicé, alzando una ceja—, inclusive cu
debería recordarte que hace unas horas
ante las palabras de Baker. Me pregunté por qué lo ten
entre dientes—, si esperabas que
lsas que se encontraban en la cama indicándome qu
con desdén—, solo espe
nes con él solían terminar en intentos fallidos de comunicación. Al vaciar el contenid
broma —susurré—,
niforme erótico de mucama, tenía la sensación de que m
parte de la cara con la mano—, no creí que tendríamos esa c
la ropa a su regazo—, no p
esto de la ropa
da a Morgan Baker. Si ignoraba el hecho de que era un delincuente, no podía negar que
quieres cumplir? —pregunt
inaron por un instante, a
pensado mi propuesta? —d
—rodé los ojos—, no
rotó de sus labios, Morgan p
de ganas —dijo arra
intentando no contagiarme de
ta —chillé co
alzándose me provocaba querer retirar la mira
hasquido de dedos—, pero
ía, no sabía con seguridad porqué me sentía tan