Angelina: Liberación
al notar su cercanía se escondió entre los arbustos, no era su deseo traerle problemas a su madre, así que esperó a que entraran en los establos para luego
r su camino lo más rápido posible, pero por desgracia el de
ontestó su saludo entre diente
n cortado la lengua en la cocina?
urada debo b
eguido le gritó a Jorge: -¡Jorge, viejo testarudo te necesitan en la mansión! -Dicho aquel
a dudo, pero accedió. Ya cerca, Gustavo
Angelina? ¿Por qu
dije, busc
porque Clara te regañó, o mi madre no te quiso dar chocolate -Angelin
-preguntó Caden introduci
vo. Caden suspiró y dijo: -mi madre es muy estricta y hasta insoportable en ese aspecto, siempre me prohíbe c
llamas A
casi en un susurro y
le extendió la mano, pero Angelina no lo
ano, no seas mal educada -solamente así la niña levantó
lla había visto en su vida. Caden Greenwood le pareció un j
te ayude a robar chocolate? -l
erá un
ue haga falta, mi madre se
cia? -dijo Angelina apelando a la
nde estarían
jovencitos que sus aventuras serán para después, le
ina, ¿sab
cias a Gustavo q
chico entusiasmado -Alyssa es tan ab
mana no sab
ice que no es depo
voz de Clara rompió
a correr, mientras se alejaba Caden le gritó
ionada y a la vez pensando que aquel chico no e
a, el espacio estaba muy agitado; todos los cocineros de la m
Angelina no prestó atención, su mente estaba en otro lugar, un lugar donde ella se sentía emocionada; veía en aquel joven rub
o prometo -contestó la joven, cru
uerta de la cocina como los empleados iban y venían con prisa, moviendo y decorando los interiores de la mansión; mientras los obs
le pidió Martina (una de las sirvientas de la mansión) rompi
y anécdotas, Martina antes de llegar a la puerta de la alcoba t
sillo -le indico, Angelina obedeció. Ya fren
lina pronto se dio cuenta de su equivocación. El cuarto estaba lleno de hermosas muñecas y cajas musicales; cada objeto se encontraba bien ordenado. Angelina guardó la esperanza de que Alyssa al verla encontraría de inmediato en ella a una cómplice de juegos, tal como le había sucedido con su hermano
se silenciaron, cuando Martina comenzó a colocar en la
! -exclamó con una sonri
nda -aclaro Aly
no te lo comerás tod
s ánimos, Alyssa giró a verla con mirada despectiva, Angelina sintió un
ido que hable! -riñó
e nuestro respeto; recuerda lo que te
emos -. Caden no había notado que Angelina yacía escondida detrás de Martina, la joven deseó
lla sintió que Caden era diferente a su frívola hermana, fue en ese momento que Alyssa se dignó a contemplarla, Angelina deseo qu
uego de un breve sondeo manifestó refiriéndose a su herman
bien, ella no le teme m
ra el piso, Martina abrió la puerta para marcharse llevándose a
se gastaba aquella mocosa de doce años, deseo ferozmente darle una buena tunda, era má
ra lanzársela a Caden. Angelina sintió pavor de aquella joven que hace poco había comparado con un ángel, entonces
olestar más a su hermana -, deberías de jugar con nosotros a ver si de u
de Angelina que salió corriendo de la alcoba envuelta en lágrimas; entonces entendió a su madre y odio a Caden por habe
n ver bien, con el dorso de su mano los limpios bruscamente, debía haberle
e pidió, pero la niña no
los insultos de esa se
tes, yo soy fea y ella no lo es...
sabes lo que dices -seguidamente le limpio las lágrimas c
fuera. Ya en la cocina Martina le acercó dos tomates, uno era grande, rojo y muy br
ías? -la interrogó extendiéndoselos, al principio no
alo -la insto,
é tal s
o est
ó y saboreo el rostro le cambio, notó que su sabor era mejor, más jugoso y dulce; comprobó que el primero era desa
te ha gu
respondió rápidame
ue rechazaste por la
la niña en un
gracia, en cambio, tú eres como el segundo tomate; quizás no uses esos vestidos fastuosos como ella, ni tu cabello sea rubio como el sol; sin embargo, tu a
ropio concepto de lo que es atractivo y de lo que no lo es, así que seca esas lágrimas, ere
más
a la mansión de los Greenwood,
le pidió Clara amarrando el lazo del único vestido decente que tenía, lule dio la vuelta y la besó en la frente -nunca lo o
se dedicaba a la fruta, y otros platos de temporada, luego se serviría el potaje; tras este venían los «platos fuertes», que correspondían principalmente a las carnes, sazonadas con especias de origen exótico (el jengibre blanco, el azafrán, el comino o la pimienta) era otro elemento de distinción social. La escogida por Liza Greenwood para aquella velada era la carne de caza (ciervo, j
eflexionaba, mientras la veía, que su madre nunca le habló de la muerte de su padre. La joven dejó sus pensamientos de lado al oír la hermosa melodía que se colaba en la cocina, se alejó del rincón donde su madre la había confinado y a hurtadillas se coló por la puerta. La muchacha quedó hipnotizada bajo aquella luz escarchada que emitían las hermosas lámparas de a
r diferente me hace única –se dijo a sí misma, para superar
ifo que seguía goteando lleno de preguntas, era como el perro que arañaba la puerta suplicando que lo dejasen entrar y Alyssa era el ruido de la ventana cuándo es azotado por la lluvia más infernal; el trueno que no la dejaba dormir por el temor que le causaba. Aquella joven de cabe