NUNCA ME OLVIDES
DE MISER
mil destinos más, llegaban por una sabia solución. Incluso si los seres vestidos de bl
vacíos, ojos rojos de tanto llorar, el esce
a la gente caer destrozada por las indeseables palabras
raba aparentar eso. Una tarde más, Fernando Montalvo había llegado para sentarse e
tidos de blanco corrí
parte del lugar, conocía perfectamente a dónde y con quién dirigirse si tenía alguna duda sobre la situación por la qu
ra a aceptarlo, él era l
to a ayudarla a manejar uno de los grupos más importante
día la esperanza de recibir esa noti
í, compensarle por todo el daño hecho. Daño que la co
a de trabajo, suspiró profundam
se enfriara un poco, pensar en Jade, recordarla sonriente y finalmente, sacar su carte
. El deseo no cambiaba, él
térmico quedó vacío. Era hora de emp
ado en el hombro. Sin m
ndo no esperando enc
reguntó el doctor sa
iempre esperaba que la visita
dea de cuándo puede despertar? -insistió nervioso
l, el doct
do, entre más tiempo pasa, más difícil n
Fernando desvió la mirada. ¿Cómo dec
componía y del que tanto habló Marina, se con
-aseguró para después,
acerle perder las esperanzas, existía un dio
mismo ritmo que antes. Quería continuar, quería llegar a la habitación y verla des
espués de eso, volvería a ser el mism
atención de la misma doctora que lo había estado ob
turno y no había tarde que no se pintara por la monocr
ntó la mujer de cabello castaño s
ompañera sin despegar la
aquí. -La poca importancia en la pregunta no fu
lvo, es dueño de las emp
corazón oprimirse. El dolor era evidente en é
rajo su atención la mujer d
sí!, ¿nece
e sie
ró metiendo las manos en
gar a él. El mismo hombre que había robado su atención
rse al mundo entero sin temer a una mala respuesta? Ahora más que nunca la neces
se a él, se dejó ser ella misma. Lo que Fernando le e
na de confianza -, ¿hay al
en la claridad de su sonrisa, sonrisa que le re
se alistaba para dar la media vuelta
m Castro, si necesita alg
racias, lo tendré en cuent
e ser encantada por el dolor que
as también sentían su dolor? «El cielo y tú» pensó al salir de su auto y
l pequeño edificio donde estaba su departamento, la
liera la pena record
sta ese momento recordó que la mujer
da de qué p
a calentar un poco de comida de todo lo que l
vez. Si su nani viviera, seguro le diría que el trabajo puede esperar pero su alimentaci
estar listo para hundirse en e
ntar. Un nuevo día llegaba. Débilmente, sus ojos se abrieron. Seis de la mañana, divisó en el
s de su propia sangre, a manos del único ser que le quedaba sobre la tierra. Su hermano se convirtió en su peor competencia, las ventas b
pensamientos. Con esperanza, contestó. Para esas fecha
Montalvo,
lante, requiere su pres
prisa, su respiración dejó de ser y
spertó? -pregun
a exigir su presencia a causa del dinero? ¿La gente ahí no se daba cuenta que acababan de jugar con sus sentimientos? Era increíble cómo e
e decir y con tantos para desquitar su cor
mujer frente a él. Esa misma sonrisa
verlo frente a ella -, acabo de arreg
tó Fernando no enten
presencia hace un rato, se hizo hace tres días. Ya e
, ya que quizá hubiera tenido que pag
te de su pequeña felicidad o mejor
tamente
e lo único qu
radecer? -continuó Miria
con los ojos liger
hasta que un ligero golpe de su compañera la tra
sta ese momento comprendió qué q
como agradecimiento? -pro
cirle eso al señor Montalv
volvió a
ambién me haría bi
e dedicó a su amiga ob
-invitó
elicadeza de su sonrisa?, ¿cómo era la torpeza de sus pasos al sentirse nerviosa?, ¿c
a con decir que Miriam era del tipo de mujer que reía olvidando su d
pre fueron divididas como solo
ner, vino que probó sabiamente. Más tarde, el sabor del vino blanco en su boca dejó de ser para encontrarse con aquel vino rosado, v
o tinto, con ese color rojo que seduce, que invita al descubrimiento, que esconde imp
o suspiró profundamente después del
de ese parque frente al hospit
tal? -preguntó Miriam después de una
seis meses
O
sido muy difíciles
aptó la mirad
lla
debido a un accidente automovil
la conversación de una noche, de su vida personal. Miriam era algo
asta ese momento, él afirmaba el matrimonio del que mil artículos en internet hablaban. Un matrimo
difícil -d
s difícil de todo lo que he pa
¿Q
ió. -Hace cinco años pe
aron genuinamente, ¿no era
su bello nombre. Se llamaba Andrea Marina -comenzó mientras su mirada se
trabajo podía esperar para Miriam. De pronto
ospital..., ¿quién es? -preg
mportante de mi vida. Ac
a que sabía, él necesitaba sin ped
nando, clar