El sueño explosivo de una diosa
bitación estaba muy iluminada y solitaria. Obeen no investigó realmente como había si
la cama de hospital y vio que por la ventana que conducía hacia el corredor del hospital pasab
res médicos y dos enfermeras, quienes se dieron a
o milagro! – murmuró
varonil. Mientras el médico colocaba el endoscopio en el pecho de Obeen, ella lo imagino desnudo, con un miembro lo suficientemente grande como para hacerla gritar. No pu
milia– le anunció u
su mirada hacia ella antes de salir. Obeen lamió su labio inferior y e
lo había escogido el cuerpo de una mujer deslumbrante, una hermosa mujer moribunda que nunca despertaría del coma, por ello a Obeen le pareció bien reemplazarla en aquel mundo, sin embargo, ahora debía aguantar todos los protocolos neces
a la habitación una muj
mujer mientras se av
sando en que debía fingir para
trataba de su madre. Una mujer que amaba a Laura y que s
erando a poder verte. Yo saldré p
fue mucho más largo. Al separarse limpió sus lágrimas y l
cenizo. El hombre bajó la mirada avergonzado, su actitud le hizo pensar a Obeen que ese hombre ocultaba algo, no obstante, la diosa lo trat
ra bien, sin dirigirse realmente a ella. Parecía como si sintiera un poco de culpa, per
visita, el padre por fin se dirigió
entrar, espero se
ado a Laura antes de tomar su cuerpo, eso habría facilitado mucho las cosas
esantes. Mientras unos se angustiaban por pequeñeces y se dedicaban a llorar y a luchar por cosas incomprensibles para ella, otros disfrutaban de pequeñas cosas, siempre sonreían y nunca flaqueaban, pero todos por igual obedecían a cierto t
een la curiosidad. Se comenzó a plantear la posibilidad de bajar al mundo de l
rpo de alguna joven que pudiera permitirle tener a muchos hombre
os dispositivos a los que estaba conectada. A la diosa le pareció conveniente, tomó la decisión, y era por ello que ahora estaba ella en su lugar. En aquella cama, con aquel cuerpo y dueña de una historia que desco