La sirvienta más sexy del CEO

al con Max me iba a arrepentir, y no poco, pero en aquel momento

cado sexo oral en innumerables ocasiones, tanto de mí hacia a él como de él hacia mí, y era muy exigente en cuanto a las p

ía practicado sexo era con mi exnovio, y aunque el muy cerdo m

tros, al menos de mi parte, por eso necesitaba tanto que mi primera vez

terior me había salvado de las garras de un hombre borr

jón a su pecho para que

sobre él completamente desnuda

manos sobre mis seno

n espectacula

o con su erección, hacía que yo sintiese una ligera humedad en mi zona íntima. Me excitaba so

botón de sus pantalones, bajé su bragueta y

uf

alones. Se incorporó para quitarse los z

tras él, pegué mis senos a su espalda y mordisq

oner las manos en mis senos. Me acarició hasta llegar a mis cla

cogí uno de los preservativos que hab

ma

ués. Puso las manos en mi clavícula y las fue bajando muy despacio, pasa

ándome las piernas. Si hubiese tenido vello éste se habría erizado por el escalofrío

ubiendo de nuevo por mis pierna

r f

separó mis pliegues con los dedos índice y corazón de una mano, y puso el dedo corazón de

con su dedo corazón en la pequeña protuberancia y no pude evit

ta esto,

pero quedándose apenas en la entrada de la misma. Estimuló las pequeñas rugosidades del principio de mi abertu

de placer. Max movió el dedo en mi interior y con los dedos índi

ro en su vaivén por mi humedad y un grito

minidad para tratar de retrasar el momento. Sin embargo, lo que conseguí

n, pero yo no me iba

él, saqué el preservativo de la g

les y bajé hasta alcanzar su dureza. Su miembro estaba totalmente

desenrollé lo más despacio que pude sobre su pe

ó suavemente y me tumbó sobre la cama boca abajo c

rtura con su miembro. Cuando lo encontró dio una lenta embestida, n

a que toda su dureza penetrase en mi húmeda intimidad. Por eso llevé las m

enía nada que envidiarle a los que había teni

la cadera al compás que marcaban sus embestidas, que en ese momento eran muy lentas. Poco a poco, su ritm

el cuello de mi útero con cada movimiento de su pelvis, y puse una de mis manos en el

agina se contrajese varias veces y mi cuerpo se estremeciese cuando Max se detuvo con

increíble