Circo
tomimas alrededor de la mujer de cabello gris, Griselda. Ella se encontraba lanzando fuego al aire, atrayendo la atención de los niño
ó hasta los niños con caramelos. Ella llevaba un vestido negro de tirantes con pollera acampanada, unas medias de rombos rojos y blancos y unos zapatos de payas
por su pequeño espectáculo, sino, por
que Crista se la había quedado mirando con una
e se estaba desarmando. Luegos se dio c
rible s
mirar
inutos más tarde y entró en l
ra al encontrarlo e
de la presencia de Idra, pues, estaba más concentrado
Idra a su lado lla
lo. Luego, posó sus feroces ojos verdes en I
acía afuera con los diábolos, las pel
arpa y Heben la esparció con sus poderes, mostrándos
l cabello rubio, con reflejos más claros, una piel liza y clara, espalda maciza, alto y de unos hermosos ojos verdes. Tenía un
ó rápidamente presentándose
su cabeza prestándole toda la atención-¡Esperamos que lo disfrute
aba a utilizar los diábolos. Varios giraron en el aire, y él volvió a los malabares, dejándolos suspendidos en el air
, mientras que los integrantes del Circo Couleurs,
a gravitatoria y no le gustó saber que se encontraba en un ci
a Griselda. La mujer er
su cara furiosa ante la mirada insistente de Almendra, que temía que
itírselos, pe
los pinos en el aire, y las pelotas en sus manos. El bajó la vista para
strépito y sus compañeros se sobresaltaron, debido
a, se metió dentro de la carpa s
ío, donde había estado Hebe
había producido uno de sus subordinados. Pero, al momento tuvo que sonre
actuado-Por favor disfruten de nuestros acróbatas-Inquirió y ellos comenzaron con una n
na silla con el ceño fruncido
ioso el piso. Su error era tan pequeño que realmente le molestó más que ha
lda acercándose con e
ó con exa
la buena. Sé muy bien, cuál
s ojos. Heben apretó la boca en una fina línea-Que bueno que lo sepas-le dijo tirándolo aún más
a entre las manos, junto a I
bre de aquel muchacho le sonaba extraño en sus pensamientos,
e provocó el
tanera. Aunque, su actitud se debía más, a la atención que Crista le ha
o miró d
an que enfrentarse a un nuevo Circo. Y aún más, cuando aquel ch
lado. Ella también era consciente de que él nunca fallaba. Sin contar, que se percató de
a nadie. Sin embargo
e cruzaron. Y no había sorpresa en ellas, sino dudas. Dud
había contestado, se sobresaltó
obstante, no quería volver a escuchar una pregunta como esa, y me
gándola a quedar de espaldas a una de las paredes
stupideces-le dijo mirándola
tem
r, tratando de desme
ose hacía el fondo de la
ostumbrando a la mirada de su compañero. Sin embargo, h
triste, mirándose temblar frente al espejo rodeado de
n el Circo Rosae Crucis de diver
el que se encontraba má
a habían encontrado haciendo malabares en un semáforo. Siempr
componer la materia, un paso anterior al de una alquimia completa. Por lo tanto, se vio obligada a escapar del lugar y Rosae C
s poderes. Luego, empezó a entrenarlos, para
ación para esta secta, ya que, ellos buscan el tesoro que Erde escondió en Bariloche, y Heben e Idra, eran nuevas adquisiciones que les darían poder y los ayudarían a e
creer que se trataba de un Circo verdadero. Aunque, Heben no era ningún tonto y no pensaba qu
pesar de vivir esa realidad, que la mayoría no era así. Sin embargo, más que esa realidad no podía obtener y había tenido que enfrentarse a sus propios
señado a utilizar sus poderes, aceptándola tal cual era. Después de todo, ni sus padres había
stivos, donde solo recibía monedas que sin embargo, compraban parte
podía valerse por si misma y que su don, como Griselda le decía en sus día
nde sus poderes se convertían en protagonistas. A pesar de que Heben tuviese un tipo de mirada amenazante, Idra había podido lograr que él se arrod
taba enfrentarlo, había algo en él que no era igual al resto de aquel circo. El corazón de Hebe
el primero en quebrarse y estaría allí par
ojos violáceos se veían más claros con las lágrimas que es
estaba de aquella situación, e