Dulce Tentación (I libro)
alguien que realmente ama este lugar podría tener. Gracias a su energía contagiosa, mi ánimo estaba al cien, y ahora camináb
o abandonado -me explicó Karol con emoción-. Lo rem
n contra el cielo, con vitrales de colores que reflejaban la luz del sol de manera casi hipnótica. Los muros de piedra antigua estaban e
uncios de eventos y hasta mapas interactivos. A lo lejos, los drones patrullaban el cielo como centinelas silenciosos, asegurando la seguridad y el
diantes comenzó a gritar y aglomerarse en una de las entradas principales d
é, confundida por la
ltitud y suspiró con u
-dijo con un
el edificio con una presencia que parecía alterar la misma atmósfera a su alreded
té con curiosidad, sin apartar
ia mí con una expre
amó como si hubiera
s acomodaba mis lentes viej
una roca, niña? -se
e hombros sin darle d
ar su atención en los chicos, lis
or de los hermanos. Es un genio de la música y el arte, además de un amante
lajada pero imponente. Llevaba una chaqueta de cuero negra sobre una camisa blanca, lo que le daba u
o hermano. Es el más serio y, honestamente, el mejor en tod
ello era tan rubio que casi parecía blanco bajo el sol, y sus ojos azules eran fríos y calculadores. Llevaba una cami
o del chocolate caliente lo sacaste de
mportancia y me acalló co
con una expresión enamorada-. Es el más dulce de tod
o negro tenía un leve reflejo azul bajo la luz del sol, y sus ojos... ¿eran lilas?, Jamás había visto a alguien con esa tonalid
-Karol dejó escapar un suspiro soñador- R
en su mirada cuando sus ojos se cruzaron con los míos. Su cabello rojizo contrastaba con su piel, q
inuó Karol-, un desastre en lo
de la universidad... -murmu
ntió con
ueña de la universidad. Por es
a algo en ellos que me ponía los nervios de punta, pero al mismo tiempo, no podía dejar de mirarlos. Sus
, descartando es
arol -me despedí, sintiendo una inexplicab
antes de correr de vu
e me invadía y me dirigí al interior del edi
e ayudó a recuperar el aliento. No me había dado
ol
me hizo sobresaltarme
ver a Roderick Riff
cho, tratando de calma
arto -murmuré, mir
una mezcla de dive
de loca que el resto? -
o? -arqueé una ceja, ajustándo
burla, pero
io, Riffirshon. Hasta lueg
piel, y la sensación ext
ntente alejada d
advertencia de mi conci
ección y, al escuchar un