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La hija del duque (Freya Asgard)

La hija del duque (Freya Asgard)

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Capítulo 1 Secuestro

Palabras:2365    |    Actualizado en: 05/03/2022

n ese momento por esa transitada calle, estaba segura de que ese hombre iba detrás de mí. ¿Se

arecía asqueado. Seguí avanzando, ya faltaba poco para entrar al edifico donde trabajaba. Solo unos pasos más y estaría a salvo. Volví a mirar hacia atrás y ya no estaba. Lo busqué con la mirada por todas part

puerta de mi edificio. No, no era mi edific

n alivio, ya estaba

al salir por la tarde-noche, no tuve recelo algun

, era como gringo, pero no era como los que llegaban a la oficina de los jefes, era otro acento

acercó a mí para obligarme a que lo a

ma. Yo tragué saliva y luego alcé mis ojos para ver los ojos más celestes que había visto en mi v

a llevar? ―Inten

nada más. Solo serán unos minuto

i no

do a forzarla y

s no me dejaban pensar claro. Era un tipo guapísimo, sí, pero iba armado y podía ser un asesino serial o algo peor. Claro que en ese lujoso automóvil con chofer

vil, por favor? ―me exig

Lo apreté con

a tontería de la que

go y lo guardó en su bolsillo. Ya mi amigo me había dicho que le pusiera pin, patrón o huella, pero yo si

udible, tenía una mezcla de miedo y de ganas que aquello fuera una novela ro

o conversar ―me con

ra solo para conversa

sted no está

a de pistola y me quita mi celular. Esto no es un paseo, señor. Su jefe deber

él en persona a buscarla es porque no puede mostrarse en público.

po de la droga que

ido sonrió

ucho revuelo si vinier

udo mucho que sea una estrella de cine o un cantante famoso, a lo mejor un regg

es ninguna de las alternativas que dio, pese a qu

ningún amigo tan famoso que

o son

oso, millonario o psicópata que sea, no estoy interesada en conocerlo en estas circunsta

que no está

mple con todas las caract

más dócil cuando esté

aso soy un caballo para ser domada

me permite el uso de la violencia física contra

os de punta, entre estar con él en ese espacio tan reducido y el pensar en lo que me harían, parecían hombres de la mafia y, que yo supiera, no estaba metid

me por unos segundos, me to

ncia, señorita, lo cual no significa qu

élte

N

Déjeme, de

, pero la doblegaría hasta que se vu

liberarme. Ese hombre era atractivo hasta l

ió―. Yo ni siquiera estoy ejerciendo fuerza, e

iempre me salía mal, además, cuando pensaba que ya nada podría ir peor en mi vida, me

quiere lastimarla ―me dijo sin sol

icen t

puedo jurar,

―. Su contacto me qu

á más to

suficiente ridículo había hecho por un año, además, su aplomo me hacía sentir pequeña y ridícula. Pod

orita, ya estamos por lle

poco es que viera mucho. Como era invierno, anochecía muy tempra

baje aún, yo v

r, pero mi puerta no abri

mas, le advierto, corro mucho más rápido y conozco el lugar, si intenta algo, lo que s

on ganas de hacerlo. Quizá, si obedecía como había h

a bajar, yo dudé, pero al final me tomé de él, el calor de sus dedos me hizo es

sto, por favo

itir,

o para conversar? Por favor, por favor... No me entr

dos buscan lastimar a las mujeres, debe estar abierta, le aconsejo, a nuevas experiencias; com

ignific

, que creen que solo existe el blanco y el negro, que

o soy

No

hace pensar

do, no se ha detenido un solo insta

auto por la fuerza y

os ojos y repita lo

apuntado con el arma, solo me la enseñó, aunque, en síntesis, es

ué y no le apun

ismo ―re

ro qu

e, o le obedecía o usted usaba su arma en mi contra, ¿cuál es l

provocarle daño alguno, ni mi fuer

me inmo

violencia, ¿o sí? De haberlo hecho, le

hablarme como si me odiara y me quisiera cortar en pedaci

hace frío y la están e

la cara. Empecé a andar con paso lento,

ntrario, podría ser algo muy bueno

por qué me tr

S

or

indicado par

sted me

oy quién para

caer con más furia. El hombre me tomó del brazo y me h

n ustedes, al mal

casona. Era un lugar muy grande y elegante, lleno de l

desconocido de los ojos celestes, me había d

ánimo. Los abrí y lo miré, asentí co

hombre un poco mayor, debía est

tendí nada de lo dijeron, el hombre hablaba ing

verlos a ninguno de los dos, ¿por qué me tenían que secuestrar? Se veían personas decentes... ¿Y

is cavilaciones. Creo que lo miré aterrada―. No te asuste

Qué quería de

cia mí, yo retrocedí, pero estaba cerca de la

de mí, ¿Gabriel

mbre, pero no se

respondía decirme nada

briel, jamás come

é qu

te, por

N

, no te lastimaré, solo

y yo no tenemos n

me temo

írese, mire esta casa, usted y yo no tene

emos algo en c

cir, sabía que debía sentir pánico, estaba allí sin saber por qué y si ese hombre me quería cortar en cuadritos, no habría nadie que se lo

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1 Capítulo 1 Secuestro2 Capítulo 2 Mi padre3 Capítulo 3 Carta4 Capítulo 4 Ladrona5 Capítulo 5 Enferma6 Capítulo 6 Viaje 7 Capítulo 7 Llegada8 Capítulo 8 Sombras9 Capítulo 9 Malentendido10 Capítulo 10 Callar y obedecer11 Capítulo 11 Accidente12 Capítulo 12 Traducción13 Capítulo 13 Modismos14 Capítulo 14 Intruso15 Capítulo 15 Desconectada16 Capítulo 16 Promesa17 Capítulo 17 Aclaración18 Capítulo 18 Confesiones19 Capítulo 19 Juego20 Capítulo 20 Preparada21 Capítulo 21 Molestia22 Capítulo 22 Desconfianza23 Capítulo 23 Historia24 Capítulo 24 Llegada25 Capítulo 25 Regreso26 Capítulo 26 Conversación27 Capítulo 27 Compromiso28 Capítulo 28 Recuerdos29 Capítulo 29 Depresión30 Capítulo 30 Despedida31 Capítulo 31 Enemigos32 Capítulo 32 Ultimátum33 Capítulo 33 Dudas34 Capítulo 34 Guardaespaldas35 Capítulo 35 Respuestas36 Capítulo 36 Entrevista37 Capítulo 37 Desconfianza38 Capítulo 38 Asustada39 Capítulo 39 Atacada40 Capítulo 40 Riesgo41 Capítulo 41 Paranoia42 Capítulo 42 Parte Dos: Secuestro43 Capítulo 43 Amenaza44 Capítulo 44 Desconfianza45 Capítulo 45 Traición46 Capítulo 46 Robo47 Capítulo 47 Requerimientos48 Capítulo 48 Exigencias49 Capítulo 49 Regreso50 Capítulo 50 Escape51 Capítulo 51 Perdida52 Capítulo 52 ¿Enamorado 53 Capítulo 53 De vuelta a casa54 Capítulo 54 Confesiones55 Capítulo 55 Terapia56 Capítulo 56 Cómplice57 Capítulo 57 Rachel58 Capítulo 58 Retorno59 Capítulo 59 Empezar de nuevo60 Capítulo 60 Responsabilidades61 Capítulo 61 Catarsis62 Capítulo 62 Cambio63 Capítulo 63 Sorpresa64 Capítulo 64 Libre65 Capítulo 65 Enferma66 Capítulo 66 Coordinadora de bodas67 Capítulo 67 Asesina68 Capítulo 68 Sin declaraciones69 Capítulo 69 Eterna amiga70 Capítulo 70 Epílogo