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Noches en vela

Capítulo 3 Una noche

Palabras:2608    |    Actualizado en: 04/02/2022

ras de la madrugada, en algunas ocasiones habían sido conversaciones sin sentido pero agradables en el momento, para poder conocerse o s

s que podía ver la maravillosa erección de Rafael completa y central en la pantalla de su teléfono, era tan delic

e pasaba el hambre se acrecentaba de una forma descomunal que hacía ver la realidad del deseo gigantesco que existía en sus seres, en sus almas y la forma desesperada en que deseaban el encuentro del otro, ninguno podía evitarlo. Ella había notado p

ver con la razón de que su corazón cada vez iba más de prisa en los momentos en los que pensaba en Rafael y que había notado que ahora cuando hablaban su estómago se llenaba de mariposas idiotas. No es como si ella lo hici

normalmente utilizaba para el trabajo y se dirigió a su carro para poder llegar al trabajo. Se detuvo un segundo para hacer una de las costumb

ías" ella sonrió para dejar su

acionamiento del edificio donde trabajaba, su cel

reciosa, yo también vo

e tengas un lindo día" escri

ez puedas decirme ahora el lugar donde t

ltaba el reloj cada cinco minutos para estar segura de que no se retrasaba y llegaba a la hora acordada. Cuando después de la eternidad que para ella fueron cuatro horas, era el momento de irse. Se levantó de la silla con una sonrisa mientras sentía que su cuerp

una sonrisa, llevaba unos pantalones formales, una camisa blanca manga larga y una corbata que lo hacían ver tan arreglado y forma

naste?- P

erando- contestó e

nero. La conversación fue amena, dulce y tan interesante como lo era cuando hablaba por video llamadas, la tensión sexual que siempre estaba entre ellos se había hecho presente desde el momento en que él le había acariciado suavemente el

s hasta la entrada del edificio en el que ella tra

do algo avergonzado -no es nada con doble sentido, me

stó ella riendo -pero me encantaría y me encanta que hayas aclarado que no tiene nada de sexual porq

ándole una mirada tierna que a ella le aceleró el co

estaba bastante grandecita para ser esa adolescente, de hecho estaba haciendo todos los papeles y visitando abogados para el divorcio que estaba por venir, ella no creía que fuera algo tan difícil ya que s

en un edificio parecido al de ella y se estacionó en el lugar que vio libre, subió hasta el nivel siete que era donde se encontraba el departamento y tocó la puerta. Había llevado una botella de vino y

as de las manos -puedes ver y curiosear to

en- acep

acio un hogar, era acogedor y muy personal, esa certeza la hizo sentirse especial porque la había

l marisco porque hice una pasta de camarones, me arriesgué porque nunca te pregunté si eras

una sonrisa -adoro los mariscos,

endo -serví el vino qu

situación que la aquejaba y él fue realmente serio para referirse al tema, luego la conversación se dirigió a temas mucho más agradables que hicieron que ellos rieran contando historias de cuando eran pequ

con esta cena decidí buscar una serie de películas de terror como

lla riendo -veamos la

n zapatos ninguno de los dos, cada uno se sentó en una esquina estirando los pies en el espacio disponible, algunos lugares de sus piernas se tocaban pero el roce era tan leve q

as sus fuerzas no gemir, sus manos estaban cerradas en puños a los lados de su cuerpo para que no rodaran sobre sus senos buscando placer, ella estaba tan caliente y buscando algo de consuelo volvió su rostro buscando el de Rafael solo que él la ignoraba, sus ojos estaban fijos en la pantalla

e estás- susurró ella mientras sentía que su

iembro, estaba tan grande y duro denotando lo excitado que se encontraba en esos momentos, rivalizaba con

abriendo sus piernas para ponerse cóm

tilizando sus manos para guiarla con suavidad mientras sus caderas se alzaban para hundirse con más ímpetu en su garganta, ella comenzó a moverse cada vez más rápido sintiendo que la excitación de Rafael iba en aumento, utilizaba su mano para rodear la dureza de su pene mientras usaba su lengua para acariciar su glande, Rafael gemía con fuerza te

to -pero ahora quiero probarte yo, no me lo niegues

rueba, su lengua la acarició desde el inicio de la vagina hasta su clítoris y ella gritó de placer, se retorcía bajo su cuerpo sin poder hacer demasiado sintiendo como se construía su orgasmo, apretó entonces los labios de él a su vulva demostrando lo bien que se sentía y él comenzó a jugar con su lugar más sensible,

afael besándola una última

e y le respondía con una sonrisa, t

espués -pero creo que aún deberíamos t

gas- contestó él acariciando su mejilla -no hay presió

o que duró tampoco le prestaron demasiada atención, se besaban y acariciaban de la forma más dulce e invitadora posible, era imposible para ellos dejar de tocarse, el corazón de Cassy se mantenía alerta con

legar a su casa tenía una sonrisa tonta en el rostro y un sentimiento dulce que se desprendía de su corazón, tal vez era una tonta pero no podía evitarlo, le encantaba Rafael en todos los sentidos, e

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