Mirada salvaje

ue caminar veinte minutos a la escuela sin comer y con un in

y cuando no, tengo que aguantar a la abuela. Los quiero y todo, pero avec

somos familia. No soy una persona que le agrade a los demás —en realidad, odio a la humanidad— soy amargada, o bueno eso es lo que dice mi abuela y tiene razón. Odio las muestra de afecto y se puede decir que un limón es

lloro todo el dia porque decía que era su goma y que además nunca tomaría algo que no fuera de ella y porque yo le había cortado su larga cabellera con la tijeras

normal—exclamo el rubio a mi lado, yo tan solo me limite a enton

tempranisimo, desayune lo que más me gusta y estoy caminando de lo más feliz hacia la escuela, porque tu sabes cuanto amo el deporte y más practicarlo, así que si, si estoy

agerada, ahora formarás un dr

es, así que mejor ya no digas nada —p

iera —. Levanto los br

minemos, quiero llega

escuela! Ahora sí creo en que los milagros e

o tú digas rub

uja —musito con su estúpida sonrisa. Idiota cre

os cercanos, provocando que se fuera de bruces al suelo. Se escuchó

nta que estaba en medio de la carretera, cuando quise reaccionar lo único que sentí fue el impacto de algo sólido chocar contra mi cuer

ro una oleada de recuerdos llegó a mi mente ¡Tuve un accidente! Oh Dios. La puerta de

emos de eso, Voy avisarles a sus familiares que ya esta consiente. —El hombre

ta ¿Cuánto tiempo e

iares están preocupados, l

ndome con un gran yeso que iba desde mi muslo hasta mis pies, ape

atropelló era una mujer. Cuando desperté ella fue a verme para disculparse por lo que me ocurrio, Según ella, estaba un poco apurada y no vio cuando una “inocente” niña, palabras de ella no mías, se interpuso en

trices de mi cuerpo se encargarían de recordarmelo