´Noches de cuarto menguante´.
OL
pensando en el amor y en cada lágrima y verso compuesto en su nombre, hago esta dedicatoria a
, pobre Aida o quizá no debería decir que era desdichada sino más bien al contrario quizá afort
e todo el mayor premio a la vida y el tesoro más difícil de encontrar pues vivimos en un mundo donde
pero de corazón limpio, a una mujer en plenitud de su vida; abarcando aspectos como profesionales personales y sobre todo la evolución de su sexualidad a tra
el cómo nada es casualidad, sino que más bien nos complementamos unos a los otro
ECIMI
onar mis sueños, por muy lejanos e inalcanzables que parezcan, al igual a mi hijo quien me ha impulsado a creer y tener fe en mí misma a tocar la f
raje no era la au
triunfo
no es que no
ue vence
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