30 días para reenamorarte
por l
Crown con Jessica y sus amigas. Se quitó los tacones y se desplomó en el sofá sin encender las luces. Apenas
o pudo evitar sacar el celular
celular de su novio, com
sola y en la quietud de la noche, la tentación de ro
labios. Hacía semanas que Aaron no pasaba por su
ue, resuelta a olvidar, cruzó el tenebroso pasillo hacia su dormitorio. Encendió la lámpara de
su apartamento, muchas cosas de las que Tamara ahora quería desh
odiar su
enado una bolsa casi por
para tomar el teléfono y pre
am
o, ignorando la serie de timbrazos que Aaron Cowen hizo resonar po
la arrastró hasta el salón. Prendió las luces, se ace
wen! ¿Qué haces a
a el tercero a punto de romperse el cuello. Las farolas irrumpían en la noche negra y, aunque ell
el tráfico a sus espaldas, con las manos hundi
queta negra contra su
orarme! ¡Y es
galó para el frío, y al cabo de diez segundos él estaba c
ojado, Aaron se sacudió la ropa de encima y el p
tre dientes, que seguía arrojando cosas
os de revistas, camisas, mangas japoneses, peluches, c
or arruinar
aja con que abrirle la cabeza
aban tanto las piernas que pensó que caería de bruces al suelo, pero logró mantener el equilibrio. Se
uerte. Ahí, arrodillada ante el lavabo, entre paredes a
de su madre que no contesta
to en West Erie Street, media hora después y en coche, para ser recib
te que era no pasar un fin
o pasear al perro cuando le entró una llamada. Pensó que serían sus amigos para ir a Di
arreglado
ó los ojos
stá todo cont
nie Hinault no lo libraba de interrogatorios, y sus padres fueron de los pri
otivo, lo tranquilizó lo suficiente
tono-. Quiero hacer algo por ella. Ya