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Vivir con los Chicos de Anderson

Capítulo 5 

Palabras:1220    |    Actualizado en: 14/12/2021

vista d

os y con los ojos entrecerrados. Todo lo q

dos de la mañana sin que nos diéramos cuenta. Los chicos se habían

ruido proveniente de la puerta principal. De inmediato sup

te habrían

scaleras. La intensidad de los golpes fue en aumento, pero

. Los golpes no cesaron y dejé escapar un suspiro, e

estaba allí parado agarrándose la frente mientras Sam tomaba

vo

u labio estaba roto, también había una mancha de sangre seca debajo de su nariz. Dej

do cómo apoyaba la frente contra la mesa. Parado a

od

a bor

acudí los hombros de Alec y Cole para desperta

r un gruñido y, sin pensarlo, les planté una bofetada en el rostro a ca

quirió Alec, pero se contuvo cuando vio

os seguí y, de pronto, escuché un fuerte estruendo, como si se rompiera un vidrio. Jadeé y me detuve en seco p

errados y la mandíbula apretada. Yo abrí bien los ojos al ver que Sam se le acercaba a

rocurando hacerlo recapacita

eaccionar, vi cómo gol

se quedó pasmado viendo cómo los l

que pudiera terminar mi pregunta, el puño de Sam aterrizó contra

e vista

de sangre. Mis ojos se encontraron con los de Sam y me acerqué a él, le d

la silla. Sam se sentó al lado de Hayden y sus puños se abrían y cerraban fre

erd

hasta el baño y suspiré de

"¿Winnie?", la llamé, tocando ligeramente su hombro. "¿Oye, Winter?",

murmuré y ella miró a su alrededor

necesitaba tener su privacidad. A toda prisa, corrí escaleras abajo y vi a Ha

ina el botiquín de primeros auxilios y le limpié la nariz. Una vez q

tado y le di una pastilla de la misma que le acababa de dar a Cole. Examin

le limpié la boca y la nariz. Cuando te

escaleras. Lentamente, observé cómo subía los escalones y, cuando

ahogar tus penas en

vista d

con fuerza para intentar sobrellevarlo. "Ay", gemí mientras me palmeaba la herida con la mano para ver si es

por el dolor; me dolía, pero sabía que tenía

a la tina para secarme y envolverla alrededor de mi cuerpo. Salí y cam

ceja y en la cabeza por la caída. Me pasé el dedo por la cortadura y dejé escapar un suspiro. Procuran

or un tiempo, tendría que esta

ra algo nuevo en m

pantalón de pijama con motivo de patitos y una camisa negra. Busqué algo de ropa interior en mi cajó

de la Cenicienta para leerla. Caminé a la cama y me recuesté con las piernas cru

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