Amor o destino

gada estarás. Por suerte se encuentra todo muy tranquilo, hasta que por la puerta entra una chica embarazada c

a la chica rápidamente en ella. Lo primero que hice fue tomarle el pulso, casi no tenía, tuvimos que intubarla enseguida, mientras que Susan, la

quien está acompañado con una mujer delgada de

hija? —pregunta la señora

testo, y rápidamente la mujer se sostiene del hombre del que creo que es s

nde el hombre, sentando a su

s está su hija y cuál es su nombre —digo mientras

e, y antes de que pueda responder agrega; — Hagan lo que de

salvarla a mi hija. Ese niño no nos interesa». Habla muy mal de ellos, es decir; es su nieto ¿Cómo habla de esa manera? No lo comprendo. Pero co

dad —respondo rápidamente par

in saber que sucede con

café hasta que veo a Cin

tras se sirve un poco té en l

y los médicos ya dijeron que no pueden hacer más na

le dijo que iban a practicarle una cesárea para intentar salvar al pequeñ

ntro de la taza de café, ya que no he de

ice sentándose enfrente mío, d

ando la cuchara en el plato que estaba debajo de la taza, mientras

ndola un segundo. —¿Qué han dicho sus padres? —i

eso, no quieren a ese pequeño, no puedo entender por qu

or su hija y que el bebé no tiene la culpa—responde

o queremos hacer nada por ella —contesto mientras inte

ataque

dirige a uno de los dispensadores para ser

a niega rápidamente con la cabeza an

ojos antes que Eliot a

és de ver como estoy —¿Qué ocurre? —inquiere preo

vanto de la silla, dejando el café a me

lcanza a decir, antes de q

como si no entendiese de que hablamos —¿Dónde está Su

sta vez no puedo quedarm

t y ahí caí en cuenta, que esa habit

ás abajo, veo como varios médicos suben rápidamente por las escaleras. No le di demasiada importancia, es decir

traba un poco lleno el ascensor. Llegamos al piso och

a cumplir su objetivo, es detenida por Eliot. —Tú convenciste a los médicos para hacer esa cesárea y así deshacerte de mi hi

ot. — Lo siento mucho por su hija, pero ya no pudimos hacer nada por ella. —agrego m

a una vida por delante y tú se la arrebataste —responde frí

to ella como todo el cuerpo médico intentamos hacer todo lo que estaba a nuestr

r lo que quieran, no es parte de la familia. —avisa fríam

nto muy emocionante. Aunque no, no es la primera vez que conozco a un bebé antes que sus padres, es s

o soy familiar directo, pero d

ero al ser prematuro debe pasar por esto hasta que pese unos dos mil quinientos gramos,

ga hasta mis oídos y me aterra en darme cuen

r una que otra lágrima, no sé qué pasara con este angelito, pero lo que, sí sé y