El hilo rojo
a que estaba encerrada en
de hadas!?- la inocente voz de l
respondió la dama con el pensamiento más os
dad no fuera así. Aquella niña creía en las palabras de su madre, pero con el t
- le pregunto la dama a su hija con
espondió pensat
ba a caer encima de las personas. Por desgracias; era así como se sentía aquella niña de 13 años en una
.
ster. - la palabra se escuchaba tan lejos
nca la quiso, las abandono cuando nació solo se presentaba para verla en su cumpleaños. Ahora estaba en
su negación a su afecto de mierda. La que la llevo a rechazarlo, si más que hace solo se subió a la habitación que ocuparía en esa casa
n tristeza a Nieve así era como le había puesto a su perrita. Una lágrima traicionera se derramó de sus ojos; no había podido ver a su madre antes del entierro
s des
a sido una total pesadilla; miraba a él que se decía decir su padre mientras su mejilla dolía por la bofetada que le habí
e se revuelva con todo el mundo. - le gritó su
esta a enfrentar su padre; con la misma fuerza
lar. - le gritó con fuerza. - Nos abandonaste a las dos, No quiero tu asqueroso dinero,r, su hija le había devuelto el golpe con fuerza; mir
una maldita desvergonzada. - hablo su
mirando como la perra de Celeste lo acompañaba en su dolor. Arturo el Rey de los negocios vivía una vida amarga
e su piel, sus cabellos oscuros y su dura personalidad; en alguno momento, pero del resto era una chica sincera, pura y alegré. Emprendedora, una lágrima salió de sus ojos oscuros, Dulce le sonreía atravesó de la foto en aquel valle de rosas blan
a la foto con lágr
estoy pagando!? ¿¡Que fue lo que pasó en la noche!? Se preguntaba con tanta insistencia. La noche pasada estaba c
sa encontrando a su padre hecho un manojo de enojó. La lágrima no dejaba de salir de sus ojos necesitaba un lugar donde quedarse; camino al cementerio necesitaba desahogarse de todo lo que sent
sé quién fue... Ayúdame, por favor, ayúdame a seguir adelante. - miro
contra el mundo contra el Dios que la abandono en ese momento quería gritar de frustración se marchó del lugar. Camino al departamento de su futuro esposo, al llegar saludo al portero un hombre de
razón latiendo a mil, las lágrimas cayendo por sus ojos. Tomando
chó la voz de su hermanastra entre jadeos suaves. - H
la vendiste amor, esa perra se lo merece. - era la voz de su mejor amiga. Se acercó a la puerta
suma de dinero. - escuchó aquellas palabras su corazón termino de romperse. - chúpame la verga, perra... Ohh... siii... La droga funcionó a la perfección. Ahora Celeste debe
tros disfrutam
o que decía; una vez que terminaron de hablar de lo planes que tenía par