¿Cómo conocí al idiota de mi ex?
, octubr
chico acostado en el pavimento frió, los fuegos artificiales decoran el cielo nocturno mi
e quería advertirme de algo me pasara, no sé si ahora o dentro de meses pero aquello hizo que me despertara y no me dejara pe
mi peludo amigo, resignada miro la h
are t
patas arribas. Bajo las escaleras hasta lle
ro un gabinete y saco la bolsa de comida para
más he llegado temprano al instituto, jamás en m
entira, siempre
vengare de mi herman
sie
no ser… Giro a la derecha, me acomodo la falda del uniforme, el bolso en la espalda y empiezo a correr, es un atajo que tomo en momentos de desesperación, solo teng
roja, caí sentada por alto reflejo, el motorizado frena de una queda
o común. Entonces lo vi, un chamo guapo, rubio de ojos azules como el cielo, al men
… lindas piernas, soy
po
qué todos los chicos que con
uenta de la hora en el reloj de mi
egare
llego, ni me dejan ent
avanzando, pero que h
ote el s
ye,
ene, no puedo creer
es que en Venezuela cualquiera puede secuestr
da a bordo, desconocida... eres la prime
ecuestrador, asesino,
mblar, no so
e en vo
ento empecé
ás en mis 15 años he subido en una moto y no es para exagerar
— dice y me lo quita, en este momento de seguro estoy com
ano — Gracias… por traerme
cha su mano con la mía, camina y se m
da y entro corriendo a m
ar, nuevos alumnos, nuevos profesores, nuev
el supuesto secuestrador, a
is pensamientos... ¿En qu
y apenas es comienzo de año — ese, e
ra y asiente mientras sigue hablando sob
, pero me encuentro con un chico nuevo qu
por un callejón paso por dos puertas y a la tercera entro la cual me dirige a una cocina de un restauran
ina de mi papá, pasó por la cocina y luego ent
o entrando y cerrando la puert
ro un
pantalla del computador. — ¿Cómo te
e cara de ser uno ya que me llevo al instituto por qué llegaba tarde como siempre y t
ue no le voy
te a su escritorio, cuando de repente la puerta se abre para m
pa me c
ra mis a
¿Dijist
de inocencia pura. — Señor,
e el momento que entró a este re
ipa
nte y salgo encontrándome c
ué haces? — le preg
e va, volteo y vuelvo
i — me pregunta m
dos me cae mal, pero mal de los males, ¿L
e algo... ¿Por
e me cae mal y se ha metido
a y salimos
o y estará fuera de este lugar antes q
ror salgo por el enfrente debe
cerca, se llama Marcel, es moreno
20 y pico, sería algo i
racias — muevo la mano y camino a la salida cuando siento que a
el descono
va y lo ve
iablo del restaurante, el cual se ll
roja del supuesto secuestrador, me agachó
e sé qué
un calor gracias a la pepa de sol que hace y con una sed horrible. Me quedo parada en frente de la puerta d
o las llav
lévame
escalón, pensando a qué hora llegará mi hermana y de seguro l
ro ll
do y me da una
sera!, ¿Por qu
tio, entro, cierro al llegar empiezo a mover la M
a sentar en el esc
cara a la izquierda y miro a Sam, mi vecino, un chamo de 18 años, oj
.. — susurro leva
e otra vez tus llaves —
pondo al bo
o para pasar la reja que divide nuestros patios. —V
s, Samuel Antonio — Exclama toda amarg
queña Power Ranger — dice bien
con la man
ambas manos. — Prefiero mil veces que Maxi sea tu novia a qu
a, vieja — s
s, muchachita — afirma mient
a sentado en la silla de la isla que tiene el mesón. — Muy típico, vaya
ña Guerrero — río mient
bla Sam subiendo las escaleras delante mío para ir a su cuart
tro mundo,
razos en el aire y se sienta en la silla giratoria de su escritorio que t
ntaste a Veronia —frunce las cejas
ya viste — hace un además con la mano. — Al parecer a la
mí...
engañas, me huele a que este lunes fue muy fuera de tu rutina — entre cier
e vi
señ
ercado, tenía que a
señ
bies de tema, Maxi
entiendo por qué a mi propia madre se le ocu
de el personaje se
con un motorizado, era todo bello... pero resultó mongólico como todos los chicos que conozco — Sam asi
eradamente y me tira u
qué?! — gritando se para y vuelve a agarrar la almohada para vo
detengo — Se ve buen cha
iliana! — vuelve a gritarle y pegarme con la almohada,
aurante— me mira y se sienta en la cama con
chico... —suspenso— Es un acosador —ter
ión con pegarme, animal?!
ue lo busco por tierra y mar y lo mat
era a ver otra
gue negando y me peg
¡
no tenía otra
o amanecemos co
ees que... ¿un chamo co
evo, pone sus manos a los
za — sonrió nerviosa — Tú crees que ni
Dios, no ves que tienes un cuerpo de 2
— ¿Qué?, ¿t—tú qui
o! — grito y le pego en la cabeza con la a
tonta
cochino —
s, dejó la almohada de lado, pongo mis manos para sostenerme en la cama y me
ejándose de mí, me vue
plotar, animal — expres
más no se
ergüenza
a y me cruzo de brazo — ¿Por qué será?, ah sí,
gritarme!
está listo! —
— gritamos
l destino nos unir