Me dejó morir, volví por venganza
Mesa 8. Los otros asientos estaban vacíos; las personas de la alta sociedad asignadas para sentarse con ella se habían desp
e reían demasiado fuerte de los chistes de Guillermo. Cada pocos minutos, Guillermo le susurra
u champán. Es
r desde el escenario-. Ahora pasamos al L
de risas rec
páramo desolado. Contenedores de envío oxidados, parches de tierra manchada de
nderla el subastador, aunque incluso él sonaba e
Silencio
-No compraría eso ni por un dólar.
dedos rozaron la palet
Parque Tecnológico del Futuro". El valor de la tierra se disparó de la noche a la mañana, aumentando en un dos mil por cien
vez
vantó su
Su voz era clara, c
cabezas se giraro
ro torciéndose con incredulidad. Se puso de pie
a-. ¿Estás borracha? Esa tierra no val
miró. Miró a
a de rojo -tartamudeó el
llermo -dijo Cielo con calma
. No dejaré que arruines nuestr
una ceja-. Pensé que habías dicho q
anto que se estaba atragantando con su bebida. -Jefe, e
rbilla. Había escuchado susurros (rumores de sus contactos en la comisión de planificación) de que las leyes
ente era i
AM
dejó de re
contra
jefe, e
AM
por el micrófono conecta
os altavoces. -¡El palco
brojo estaba pujando? Si Abrojo esta
. El cristal oscuro lo ocultaba, pero sabía que estaba
ierra era su estrategia de s
o. Su mano estaba firme,
ones -dec
n derrame cerebral. -¡Cielo! ¡Deten
gritó el subas
alco VIP. Le ordenó mentalmente que se detu
áscara estoica. Vio la forma en que sus nudillos estaban blanco
. -Déj
-. ¡A la señora del Real p
e negaba con la cabeza, susurrand
, haciendo traquetear los cubiertos. -Nos has
Tenía la misma altura
-dijo, bajando la voz a un susurro que solo él podía
do el leve rastro del perfu
o el d
en el aire entre ellos, más pesada
la boca. Él la había amenazado con el divorcio mil
.. ¿
de mano-. Disfruta el resto de la noche con
do la gala, dejando al marido, dej