Casada Por Contrato Con El CEO... Y El Cometió Su Peor Error

cálido, casi perfecto. La noche fue espectacular y celebramos el aniversario de nuestro matrimonio como se debía, con risas, miradas cómplices y promesas susu

nte mi agenda y los pacientes que debía atender esa mañana, c

ero un bebé -

e giré lentamente para mirarlo. Sus ojos estaban clavados en los m

letamente atónita, intentando encontrar al

engamos un hermoso hijo, un heredero de K.O. Quier

Matt podía ser frío con el mundo, distante con todos, pero cuando se trataba de mí se transformaba en el ser humano más

torbellino de emociones que se desataba en mi

ejaré de tomar las pí

, pero estaba dispuesta a hacer el esfuerzo. Además, debía realizarme los estudios médicos necesarios; existía la posibilidad de que mi organismo

una sonrisa genuina, con una ligereza en el pecho que hacía meses no sentía. Sin embargo, todo cambió

té sorprendida-. Se suponía que est

a mí levantó la

días, Sofía. Quer

to. Algo en su mirada me indicó que aquell

é el historial médico a un lad

ilencio-. Más bien fui por un tratamiento. Me estoy muriendo, Sofía, y esta notici

ila, serena, como la de alguien que había hecho las paces con la muerte. Lo miré con una pena

a más? -pregunté, aunqu

engo mucho tiempo y quiero dejar todo en orden. Matt será el nuevo

pleto. Lo miré incrédula, trat

no sé cómo reaccionará. Antes de que haga alguna estupidez, quiero dejarte a ti

nas veintitrés años, me convertí en dueña de u

les, acompañándolo, escuchándolo y cuidándolo como médico y como familia. Cuando le contamos a Matt sobre s

s. Matt no volvió a preguntarme sobre el bebé, y yo tampoco le di información

podría quedar embarazada. Aquella noticia me destrozó por dentro. Médicamente no hab

ado de papeles legales, completamente frustrado. Al ver

mo papá podía con todo esto -

. Además, él vive por su traba

sa esposa como yo -murmuró en mi oíd

llar de esa forma que si

seguir una secretaria

ara tener a nuestro futuro here

ejilla. Me dolía saber que Matt ignoraba la verdad,

l silencio de la madrugada. Era uno de los gua

al volante, la mandíbula tensa. Yo, aunque triste, estaba más serena

s. Entramos directo a la habitación de Philip, d

né a médicos, enferme

mo un niño en

legales, los noticieros anunciaron oficialmente

uelta al mundo... y

lo que estaba por venir sería mil