El borde de la azotea, una nueva vida comenzó
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ra embarazarme. Floté hasta casa para
os, Caridad y Daniel, nombres que
cuenta de que esos nombres no eran únicos; eran
a máscara de "esposo p
disc
e mi "inestabilidad mental" había regresado, mientras mis
ndose mientras me decía que "les hic
che me paré en el borde d
cia arriba y observé cómo su rostro se d
ba tratando
o, calculando la caída perfecta para d
ítu
a Hodg
n susurro de esperanza que no me
les están estables. ¿Y los tratamientos de fertilidad? Han sido un é
tó la res
para c
do, la depresión clínica que me había mantenido cautiva, se sentía a kilómetros de distancia ahora. La pesada manta de ansiedad finalme
iudad se desdibujaban en un caleidoscopio de colores felices. Saqué mi
a escapando de mis labios. "El doctor dijo... estoy l
enó mi oído, cálida
rías esto. Sabía que lucharías. Es
rostro. "Gracias por todo. Por quedarte conmi
a por la emoción. "Y todo es gracias a t
on una intensidad que no había visto en meses. Me envolvió en sus brazos,
cabello, abrazándome más fuerte que de
stro. Sus pulgares apartaron las lá
che, celebramos por nosotr
ajo y albahaca, un aroma que usualmente me reconfortaba. Pero est
radición desde que empecé mi medicación. Levantó su
indó. "Por nuestra famil
isa, chocando mi c
encantan esos nombres,
que siempre le habían encantado. No lo cuestioné
ecían. Mi madre, Diana, siempre me de
en tu peor momento", me recordaba constantemen
a, nunca perdía la op
Casarse con una mujer con 'problemas' y quedarse a su lado contra viento y
inquebrantable durante mis días más oscuros. Él era mi roca, mi sa
praríamos. Alejandro incluso sacó su iPad, mostrándome algunos renders digitales de una nueva am
Caridad y Daniel", había dich
ad a su buró. Mientras lo levantaba, una notificación apareció en la pantalla de
zón se
ri
ia de la prepa de Alejandro, la que todos decían que nunca supe
or helado comenzó a formarse en mi estómago. La curiosidad, una cosa peligrosa y oscura, se apod
piración se atoró en mi garganta cuando vi un
secretos. Las fechas parpadeaban en la parte inferior de la pantalla, fechas recientes. Fechas de cuando yo todavía es
atravesó el pecho, quemándome la garganta. Sentí como si alguien m
do como "Caridad y Daniel". Mis manos temblaban tan violentamente que casi se me cae e
una sábana de seda, se reía, con la c
y Daniel para un niño?", bromeó, p
le besó
ti, mi amo
ano, la ternura en su voz, la alegría en sus ojos... todo se convirtió en al
sobre el piso de madera. El sonido fue ensordecedor en el repentin
, murmuró, su voz toda
idad, engreído y triunfante, grabada en mi mente. Los
a seca, la l
a. Mi voz era un susurro tembloroso, apenas audible e
en el suelo, su pantalla mostrando el rostro risueño de Carida
ela? Acabamos de celebrar. El
a se escapó de mi ga
Mi voz se hizo más fuerte, cada palabra un martil
uro, un destello de comprensión en sus ojo
Daniela? ¿Qué e
z ronca por las lágrimas no derr
a lenta comprensión, se congeló al instante. El color se drenó de sus mejillas. Sus ojos se abrieron de par en par, fijándos
staba a punto de alcanzar, se volcó, derramando ag