La Mesera Resulta Ser La Reina de la Mafia

b de mi prometido, ocultando mi identid

era un Rey con el que valía la pena

minando, enfundada en

solo me trató como a una sirvienta; derramó deliberadamente un

dor, mi piel se a

ándole la quemadura, esperando que hic

e sus inversionistas lo ob

rme para salvar

s del altavoz-. Pídele perdón. Mu

re más peligroso del país s

taba demostr

a mujer que podía reducir su mundo entero

ré. No

léfono y cerré con llave

o número que todos en

como el acero-. Código

ta a lo

ítu

e vista

la orden de "mantener la paz", supe que el año que había pasado trapeando pi

pasando a la seguridad no e

iba a costar a Ricar

ster barato y rasposo que

la seda y el cuero ita

Alana d

David

ón de P

e asesinos curtidos te

y llenas de humo de El Terciopelo

don

maquinaria de la

aceptado

e Ricardo y yo

ilias fusionaran los territorios del centro del país en un matr

bre con el que me iba a cas

las puertas dobles se

z no solo en

va rica" y arrastraba un abrigo de visón por

erciopelo y la fila d

e podría haberle roto e

la

mera grieta en

o a un soldado s

o Montero era la nuev

lac

de

hon

a Jazmín, solo

riendo el lugar con el hambre de un p

efe de barra-. Martini expreso. Ahora. Y no uses

nder se

da a Marcos, el

era u

e hecho

haberle dado una bofe

la, su espalda doblándose tan ráp

una desesperación patética que me erizó la pi

olvió el

o era

era m

ó y su mirada

alta, manteniendo la cabeza

er

enc

tú -

ví al pr

lando a ti, m

e levanté

se entr

e co

staba manchando con sus tacones er

do un juego de llaves sobre la mesa pegajosa

mirando l

miré a

a sud

na oración silenciosa para que si

arking -dije, m

quedó en

se abrió, pintada

udo que me raspó los nervios

mpiendo el flujo del

anzó, agarránd

re era

iado

en mi oído-.

vuelta, mi voz dura como el pedern

Le salvó la vida a la hermana del Don. Tiene la deuda de sa

da de

a por u

o sagrado en

ba dejando que el

avor pasado justificara una

a J

encia, disfrutando del pod

as llaves

e tuvier

er hasta dónde dejaría R

las palabras sabiendo

l aire frío de la noc

mi tel

n mensaje

aquí. Está proba

llegó tres se

a. Encárgate. No

mirando l

tó si est

qué había

jo que me

asta que mis nudillo

era un Rey no era más que u

de quemar su disfraz