Brillantez desenmascarada: el frío magnate quiere a su reina vengativa

ntras lanzaba una mirada feroz al hombre que había aparecido de la

no revelaban nada: eran fríos e indescifrables, co

eagan, con pasos fuertes y pesa

o, con el pecho tan tenso q

bre no era un simple desconocido,

lver a cruzarte en nuestro camino! ¡Tú y tu hermana tuvieron suerte de que las dejáramos q

razo de Khloe y s

olas alejarse. ¿Dejarlas quedarse? Es

egundo, antes de que desapareciera bajo su chaq

su rostro: guapísimo, con rasgos marcados, y esos ojos

a peligro; la muchacha nunca

corriendo; cualquiera con algo d

ra tranquilo y bajo, pero había algo e

dijo: "Tú eres quien pagó

beza. "Eres inteligente. To

ó el ceño.

parecía de la nada con ai

licarle. Este es el señor Asher Gordon. Su padre y el de usted sirvieron juntos en el ejército. Antes de fallecer, su padre le encargó

alma gélida... la forma en que se movía,

no parecía amenazador, solo reservado, como a

ntó: "¿Puedes probarlo? Cualq

n el bolsillo y sacó

rmes polvorientos; uno era sin duda su

o durante un largo rato an

s números", respondió As

io que su foto de perfil de What

e, la suya

ncia interesa

ell, mano derecha del señor Gordon. Llámeme si neces

tió. "Ent

charon, y la chica regresó a la

iosos y trajeados aparecieron en la pue

sy, le cambió la ropa y le lavó el pelo con cuidado, i

as de cigarrillos que cubrían el cuerpo de su

crema casera en las heridas. Luego, s

sy en su ausencia, así que accedió al

que vio le revol

e expulsada de su propia habitación y obl

que Arabella recordaba h

smos con varios trabajos a tiempo parci

es universidades. Pero durante su primer semestre, terminó con una pierna rota

loe, Elissa Tucker, estaba en la misma clase, y los instintos

ataban como una empleada doméstica: fregaba suelos,

mensaje, era la misma mentira: "Estoy bien,

e Arabella

o, la familia de su tía florecía, y su negocio prosperó

uencer; Elissa era popular en la universidad; Meagan se codeaba co

y golpeó la mesa con el puño.

ó... solo alimentó la avarici

abía jurado proteger sufrió