Mi Sangre, Tu Perdición
ón. Ver mi propia sangre salvar a la mujer que me había humillado fue
ación, aunque sabía que no había respuesta. El recuerdo de su petición, tan casual y cruel, me
nuevo. Un sirviente entró, con u
¡El médico dice que la transfusión no es sufi
de la cama de Diane, se giró
lgo! ¡Lo
. es muy potente. Necesitamos algo que lo contrarreste, pero no tenemos un antídoto específico. Solo un tipo
esta vez, su mirada no era de
us conocimientos. Las plantas, l
respondí, mi voz
pueblo! ¡Salvaste a gente que los médicos daban por
edo,"
a centímetros del mío. "¡Tienes que hace
angre del donante directamente, sin pasar por bolsas de transfusión. Pero para eso... se nece
me heló
dudó ni u
az
é, tratando
utal. Me arrastró hasta la cama don
a un guardia de seguri
se acercó con un bisturí afilado.
ndolo a los ojos, buscando al "Leo"
/0/14597/coverorgin.jpg?v=dec2ea52fa920e1503d8bc813ab9057b&imageMogr2/format/webp)
/0/19410/coverorgin.jpg?v=205d9e91b75ae4a72e0cb96e13541826&imageMogr2/format/webp)
/0/17329/coverorgin.jpg?v=71f199d3fc68ace5781a59bad5238627&imageMogr2/format/webp)
/0/14284/coverorgin.jpg?v=dbc05cf49620b169aeaed42e748e0000&imageMogr2/format/webp)
/0/20441/coverorgin.jpg?v=f5fdb119d2d54c971c3685aee7b669bf&imageMogr2/format/webp)
/0/19409/coverorgin.jpg?v=cd4067e10657fb3d12e50316239aeb40&imageMogr2/format/webp)