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Adiós al Cobarde Amor

Capítulo 4 

Palabras:1009    |    Actualizado en: 04/07/2025

esperada de seguridad y anonimato. Pagó varias noches por adelantado con su tarjeta personal, una tarj

n la ducha. Se quedó bajo el agua caliente durante casi una hora, frotándose la piel como si pudiera lavar no solo

or la ventana la ciudad iluminada. Se sentía vacía. No triste, no enfadada, solo vacía. Co

estado posponiendo. Sacó su

lina, cálida y familiar. "¿Qué o

ancia. El hombre que su padre

ó. Las lágrimas que había contenido dura

bien?" La preocupación en s

mente, las palabras saliendo a borbotones. La traición, el embaraz

Solo el sonido de su respiración tranquila al

nó, exhausta, hubo

tías finalmente, su voz ahora

l cerca de..

ubicación. Vo

no hace falta.

sión en su tono. "No estoy preguntando. Mán

co

ante siete años, cuando tenía un problema, llamaba a Marco. Ahora, en el p

spués, llamaron a

Simplemente abrió los brazos y Sofía se refugió en ellos, llorando

se convirtieron en un temblor silen

adre," dijo Mat

ó la vista,

oso. Quería mandar a sus abogados ahora mi

rápidamente. "No q

je que se calmara, que yo me encargaría. Tu prueb

traña. Su casa había sido ese

presa donde trabaja

ha estado buscando expandir su cartera de inversiones. Y resulta que una pequeña emp

ó, empezando

compra

o la orden hace una hora. Para mañana por la mañan

tisfacción que podría haber es

supone que h

. Mañana será un día largo. Yo me quedaré en la habitació

erta, pero se detu

je a la playa. El que ha

n querer decir el

Y el hotel está reservado

? ¿So

. "Iré contigo. Necesitas descansar. Y después... despu

o menos vacía. La rabia estaba empezando a l

a en las palabras de Matías. "Serás la

Isabella. Imaginó

bre la mesita de noche. Era un m

o personal. ¿Estás bien? ¿Dón

e con asco. Preocupa

spués, llegó

la me estaba presionando. Aquí tienes, te transferí 50,000 pesos. Para qu

ficación de trans

cio de siete años de su vid

Apagó el teléfono y

rla a raya con un poco de dinero y falsas disculpas, tenerla como

no iba

Marco, vio la playa. El sol. Y la promesa de una venganza

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