La Venganza De La Sustituta
n áspero rozando mis dedos. Tres años como asistente personal de Roy Castillo
sobre el escrito
u padre y yo te esperamos para
y familiar, e
lo... necesito cerr
Ya es hora de que pienses en sentar cabeza, encontrar
nico hombre en el que había pensado duran
amá. Llego
aje apareció en la pantalla. Era un número d
se de Roy
e Sca
esto no era una invitación amistos
taba la presión en mi pecho. Las puertas se abrieron dire
unto de seda blanca que resaltaba su belleza impecable. Me miró
ña rata por fin sa
la rapidez de una serpiente. El golpe resonó en la
veneno. "¿Disfrutaste siendo mi sustituta barata? ¿Arrast
nada comparado con la hu
lett,
. "No tienes derech
entró, su rostro carismático endurecido por la tensión. Vio mi mejill
tá pasand
. "¡Roy, cariño! ¡Esta trepadora se atrevió a venir aquí a insultarme! ¡M
n duda, sino con u
¿es eso
ormar palabras. Él no me creyó. N
en los ojos. "Tienes que demostrarme que no significó
ión. Miró a sus dos guardaespaldas
nla de
agarró del brazo. Lu
e aprenda una lección" . Señaló mi blusa, una pieza de diseñador que Roy me había regalad
uscando la mirada de Roy. Le supliqué
tela cara. El sonido del desgarro fue como un grito. Me dejaron allí, s
s de su cartera y lo arrojó
ijo con voz gélida.
on los jirones de tela. Caminé hacia el ascensor co
las lágrimas que ya no podía contener. Me abracé a mí misma, empapad
er visto a Roy por primera vez, el heredero del imperio tequilero, tan carismático y fuera de mi alcance. Y rec
ortaba sus humillaciones en silencio. Todo por unos pocos momentos cerca de Roy. Él apenas me notaba
r los pedazos. Me convertí en su asistente personal, su ancla. Una noche, en un evento
besaba en los labios, nunca me miraba a los ojos. Yo era un cuerpo cálido, un sustituto para
y él me desechó como si
mi teléfono me sacó de mis pens
eridos. No vuelvas a
do mensa
de mí, Lina. Fue patético. Pero Sca
el teléfono en mi mano, el frío metal con