Libre del Monstruo que Amé
i noven
grada en el frío y húm
de Mateo, mi esposo, frío y sin emociones,
e de este niño, Catalina se recuperará po
o, r
i humilde casa en los Andes, con el
os de las bodegas Valles de Sol. Sus rostros estaban llenos
mas en los ojos. "Nuestro hijo, Mateo, tiene una enfermedad degenerativa. Los médi
gustia. "Le daremos todo lo que pida. Riqueza, estat
cí a Mateo en mi juventud, en un encuentro fugaz que me hizo creer en el a
ngenu
ados y la imagen de mis hijos sacrificados gr
ronuncié las palabras que había anhe
caminos. Será mejor que empi
aron helados, sus rostros p
rrogante y llena de desprecio resonó desde
onterías estás d
mo lo recordaba, pero sus ojos contenían la misma
én había
na. Solo quieres más dinero. ¿Cuánto te pagaro
onido hueco
réeme, Mateo, ni toda la riqueza de tu fam
puesta a cerrarles l
alda", gritó él. "¡Tú me pert
miré por enci
talina. Quizás su sangre imp