La Falsa Heredera: El Precio de la Verdad
optimismo y hablando de la casa que compraría en Bogotá, un coche de lu
n el pueblo. El polvo se levantaba a s
capataz, con los ojos brillando de codicia. "¡Viene
isándose el vestido y trat
sombra de la casa. Mi corazón no se acel
to había
a la casa. Las puertas se abrieron, pe
corpulentos salieron y ab
ntó, con una sonris
ra Castillo, qué sorp
z se
sacaron un bulto y lo arro
Scar