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Adiós, Amor Falso: Bienvenida al Imperio Vargas

Capítulo 1 

Palabras:1035    |    Actualizado en: 26/06/2025

os en los que la promesa de Javier e

del centro cultural, nos c

respiraba. Y hoy, finalmente, lo había conseguido. El contrato que l

de celebración, el inicio de los plane

n de ansiedad. Llevaba el vestido que a él le gustaba, el pelo recogid

. Era Javier. Su cara estab

o, sin siquiera mirarme. "¡Lo tenemos! ¡Todo es

a joven de ojos grandes y sonrisa fácil qu

su euforia se desvaneció y fue re

esito alg

sonó más frágil d

tu abuela. La d

a el último recuerdo de mi abuela, la bailaora que me había enseñado a amar e

egunté, aunque ya sabía la

no tiene nada bonito que ponerse. Pobrecita, nunca ha

displicencia en su voz, la forma en que minimi

o sale de esta casa. Y men

ro se e

solo un peine. Puedo comprarte

z temblando de rabia y dolor.

", espetó, dándose la vuelta. "Me voy

ándome sola en un silen

é. Solo actué. Marqué un número que sabía de memori

dos v

ado era profunda, tranquila,

ería más legendaria de Andalucía, un hombre de poder y tradición. Y durante años, cada vez que me veí

mi voz

sentir su preocupación

ha p

ón se formó en mi me

claridad que me sorprendió

, fue un silencio cargado d

pie, Isabela. Sabes qu

más en serio en

er. Había olvidado su cartera. Me miró con el teléfono en l

reguntó con indiferenci

respondí, mirando su

ó, sin e

iento, ¿vale? Es que Sofía... es t

". Y debajo, una foto. Era ella, sonriendo, con un filtro de corazones. Y en e

palabra "musa" m

u teléfono, sin darse cuent

nte. Es mi gran noche", dijo, y se a

apa

a promesa? Dijiste que cuand

iró, ir

o estropees mi moment

. Me miré en el espejo. Vi a una mujer de veintiocho años, una bailaora respetada, reducida a una cos

ía, mi mejor amiga. No eran palabras. Er

a

úsica estaba alta, la gente aplaudía. Y en el

emoción, "no solo a mi equipo, sino a una persona que ha

loraba de emoción, llevándose las

odía oír lo que decía, pero vi cómo sacaba a

pei

o matrimonio. Con la

de mi garganta. El dolor era tan agudo, tan físico, que me do

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