Engaños Bajo el Sol Andaluz
aba en su apogeo. Leo Vargas, el nuevo favor
o, su encanto arroga
ció. "Una guitarra histórica, reliquia
Era mi guitarra. La
prado para mí. Dijo que era para
eo la su
tra el suelo de mármol. Todas
venta", dije, mi voz más
bella se acercó, su belleza era fría, su
ó del
agas una esc
itarra, I
a es un donativ
de la dueña del imperio De la Torre, no de
oz de Leo resonaba, c
esto", le supli
terraza apartada. El a
me qué puedo hacer?", preguntó. Su
ue me queda d
ra soy yo. Y tu
razón de todo. Su enfermedad sa
xaminando sus uñas perfectamente cuidadas. "Sería una pena q
amenaza era clara, inhumana. Usaba l
haría
, un sonido
laude cuando Leo gane la puja. O lla
desesperación me ahogaba.
ta, se adjudicaba la guitarra. La multitud aplaudi
ación, Isabella me mostró u
fía mañana", dijo c
imiento rápido, l
go se rompa, Mateo. Algo
fue reemplazado por un horror más profundo. Era un jueg
. "Amo tu alma pura. Por eso te cu
eva tarjeta de cr
finca una temporada.
r por ella se había convertido en u
tomé la tarjeta de cr
léfono, el que gu
ro que no habí
a un susurro roto. "¿Sigue en pie tu ofert
. Luego, su voz
Mateo. ¿Es
reflejo en la oscura ventan
ella me encontró en Sevilla, en la ruina, tocando en taberna
deudas de mi familia, nos mudó
grande para morir en
r ello. La amé
, arrogante y viril. Isabella se sintió atraída por él.
confronté,
ariño. Tú eres mi posesión
e dije que no p
perimental funciona, Mateo. Está mejorando. ¿Vas a
dé. At
ía en mi mente. La vida de Sofía, que estaba
ra firme. Ten