La Bailaora Silenciosa
egó. El ambiente tras el escenario era un c
existía el temblor sordo del suelo bajo mis pies, la vibrac
rojo, carísimo y llamativo, era
quién está aquí. L
o de sus labios pintados de un rojo perfecto. Javier estaba a s
aprender de los verdaderos artistas," dij
parecía desconcertarlos
lengua el gato? O es que y
televisor, llorando falsas lágrimas mientras me llamaba fraude. Recordé a Javier, con su aire de víctima traici
a un producto de Javier. Él componía para ella, le diseñaba las coreografías y la vendía
a con un brazo. "No vale la pena. Esta noche, to
, riendo en
der la historia de cada palo, la matemática sagrada de cada compás. Me enseñó que el flamenco no era solo mo
so. Para ellos, el flamenco era un n
ertir ese escen
me gritó algo al oído. No
en cinco
ntiendo la madera del
aba a punto