La prisionera quiere la Libertad
nferma, solo un tratamiento experimental en Houston podría salvarla, y Álex, mi esposo, el hombre
ncies a todo mi patrimonio y aceptes públicamente mi relación con Lorena Pineda". Sabía, por la frialdad de sus ojo
un pasado que solo nosotros dos conocíamos. Intenté escapar con un divorcio, pero la trampa de Lorena en una gala benéfica, con fotos comprometedoras proyectadas pa
rnando, cayó herido tras una farsa de Lorena, y Álex me culpó, llevándome a la cima de una montaña, amenazándome con mi
olor era desaparecer. Decidí fingir mi propia muerte para escapar de un t