Bajo dos lunas
había esperado. Aunque sus palabras estaban llenas de una dureza contenida, había algo en su mirada que no podía descifrar. Como si, en el fondo, luchara con los mismos demonios que ella,
zclándose con sus pensamientos. La promesa de matrimonio que se avecinaba era más que una simple unión entre dos casas reales: era una tregua forzada, una condena disfrazada de
una Plateada, fría y distante, y la Luna Roja, feroz y llena de misterio. Los dos astros reflejaban la eterna di
s la oscuridad del paisaje se desplegaba ante sus ojos, algo dentro de ella comenzó a cambiar. Había algo en el aire, una inquietud que
ento. No hizo ruido, pero Selene reconoció la figura antes de que pudiera reaccionar. Era Kieran, el capitán
rrando la puerta detrás de él-.
ía mencionado directamente. Sabía que la familia real de la Luna Plateada era tan distante como
eguntó, casi
intió con
-respondió de
os pasillos, con sus interminables corredores, parecían interminables, y Selene no podía evitar sentir que estaba siendo arrastrada por una corrient
una chimenea crepitaba suavemente en el fondo, iluminando el rostro de la mujer que la esperaba. Era la reina, tan majestuosa como el rumor de su poder.
risa suave, pero fría. Se levantó de su asiento y la invitó a sentarse
na, como si todo lo que ella había construido fuera insignificante ante la majestuosidad
guntó, tratando de mant
entamente, con una
ando sobre Selene como una espada afilada-. Es un acuerdo entre nosotros, los de la Luna Platead
los secretos de la corte, pero lo que la rei
preguntó, su voz un poco más t
delante, como si estuviera
mos años librando no es solo por poder o territorio. Es por un artefacto, un artefacto que tiene el
a la envolvieron en una niebla densa de desconcierto y miedo. ¿Un
sto ahora? -preguntó f
la miró f
n entre tú y Aric no es solo política. Está predicha. Y no solo
s preguntas sin respuesta, tantas piezas faltantes en el rompecabezas. La guerra, la profecía, el
n Aric? -preguntó Selene, la pregunta
rvó un momento a
solo tú, Selene, puedes ayudar a que todo esto suceda. El matrimonio no es solo una cuestión de
o lo que había creído sobre su destino, sobre la guerra y la paz, comenzó a desmoronarse. La ver
con una friald
juego. La pregunta es, ¿estás