La Venganza del Magnate
seguía flotando en su conciencia, imponente, como una sombra que se negaba a desvanecerse. El hombre que había amado, el hombre que había dejado atrás, ah
o tal vez, era ella la que no entendía bien las reglas de su mundo. Alejandro Montenegro nunca había sido un hombre de sentimentalismos, siempre había sido un estratega, un hom
te. Era su madre, con esa mirada preocupada
eguntó con suavidad, notando
. El silencio se extendió entre ambas, como una especie de entendimiento tácito de que l
me tiene muy preocupada. Ya sabes cómo están las cosas con la empresa, no podemos seguir
lia Duarte nunca había sido rica, pero siempre había sido honorable, con un nombre respetable en los negocios. Ahora, todo eso estaba al borde de la
so. No puedo hacerle eso a mi vida...
con una mezcla de preocupa
a es blanco o negro. Tal vez esta sea nuestra única oportunidad. Yo siempre te he
abras. Su madre tenía razón. Estaba atrapada en una encrucija
es y distribuciones, estaba a punto de colapsar debido a una serie de malas decisiones financieras. Valentina había intentado d
rio vibró con fuerza. Era
s en mi oficina. Nec
dispuesto a esperar más. Valentina miró el r
e la ciudad, y cuando entró, la puerta automática se abrió sin hacer ruido, como si ella fuera simplemente parte del decorado. La recepción estaba vací
. Al salir, Valentina se encontró en un largo pasillo, adornado con obras de arte caras y
torio de caoba, mirando un archivo sin levantar la vista. Sus ojos, fr
-dijo, sin mostrar ningún
, con una determinación que no sentía po
estoy segura de que sea lo que necesito. Tampoc
sus ojos fijos en los de ella, como si
dad que la hizo sentir pequeña-. Si aceptas este trato, no solo salvarás a tu fa
observando cómo su mundo
a cambio? -preguntó,
, sin darle ninguna importancia a lo que significaba para mí. Este contrato no es solo u
orio, sin saber bien qué pensar. ¿Cómo podía un hombre tan exitoso, tan lleno
e, pero con un nudo en la garganta-. No puedo convertirm
un instante, como si hubiera dejado escapar una emoción oculta. Pero antes de que Valentina
éndose justo frente a ella-. Pero ten en cuenta una cosa, Valentina.
o que había sido y todo lo que había construido dependía de una decisión q