Los Hijos del Abismo
irme por las empedradas callejuelas, su mente turbada por las palabras del niño. No podía dejar de pensar en lo que había dicho, en la conexión implícita entre los Arendal y las des
os mientras se adentraba en la parte más antigua del pueblo, donde las casas de madera crujían bajo el peso de los años. Los faroles, cuya luz ama
observar el pequeño quiosco de madera que estaba al centro. Allí solían reunirse los ancianos del pueblo, contando historias sobre las
mpo. Dentro, el calor del fuego de la chimenea se mezclaba con el aroma a madera envejecida y vino. Los pocos habitantes que se encontraban allí, sumido
trapo. Era un hombre de cabellera canosa, que se movía con la lentitud que da la costumbre
Alden? -preguntó Lázaro, con
rvando por un momento el fuego que ar
bre todo el primero, Javier. ¿Recuerdas algo de eso, Lázaro? -su voz sonó más gr
ecerse. Miró fijamente a Alden, como si estuviera evaluando si debía o no h
curre algo así en Feredo. Las desapariciones son más viejas que el pueblo mismo, muchacho. Esta tierra está llena de
caso estaba relacionado con lo que Samuel le había contado? No quería sonar presuntuoso, pero algo dentro
istorias? -preguntó Alden, intentan
edor nuevamente, asegurándose de que no hubiera nadie escuch
cen. Las desapariciones no son solo accidentes, muchacho. Han ocurrido antes, y siempre han coincidido con
clase de secretos se guardaban en ese pueblo? Había algo inquietante en
¿Qué tienen que ver con todo esto? -p
ullir la luz del día. Su rostro se arrugó aún más de lo normal, y su v
por casualidad. Y no son humanos, Alden. Lo que han hecho con los niños, lo qu
aba diciendo, pero las palabras no parecían encajar. La mente lógica de un periodista lo empujaba a desech
tó, casi con incredulidad-. ¿Estás dici
eviera a decir más, pero la gravedad de sus
ras que no debían ser pisadas. Los Arendal... están aquí para cobrar ese precio.
ababa de escuchar parecía imposible, pero la mirada en los ojos de Láza
er? -preguntó Alden
e hecho todo lo que podía. Pero tú, eres más joven. Tienes una op
minaba de regreso hacia su casa. La noche era más oscura ahora, y la brisa marina parecía cargada de algo ominoso. ¿Realm
Arendal. Su porte y belleza parecían inhumanos, como si estuviera más allá de cualquier mortalidad. Alden la observó, sintiendo una extraña opresión en el pec
seguir buscando. Porque algo terrible estaba a punto de s