Herencias del corazón
ñor & Asociados. Desde las ventanas panorámicas del último piso del rascacielos, Isabela Villaseñor observaba la ciudad en consta
oz baja, más para sí misma q
tiago, su mejor amigo y también el director financiero de la e
guntó ella, dejando la taza sobre
con una mezcla de compasión
nto, como un veneno. Lo que pasa
an: los ingresos de la empresa habían caído drásticamente en el último año, mientras los costos seguían disparándose. Malas decisiones en inversiones
eguntó finalmente, aunq
ó consultar los pap
a inyección de capital pront
r. Su abuelo siempre había dicho que ella tenía la mente más aguda de todos los Villaseñor, y desde joven había tomado las ri
unta llevaba un tono ácido. Sabía que n
a lo que fuera necesario". Traducido: e
ctor general, había sido poco más que un símbolo durante años. La ver
nistas mañana. Necesito s
, aunque su expr
os cierran las puertas,
ró con det
hay una
inaba de leer el informe trimestral en su tablet. A diferencia de Isabela, él no mostraba ni un rastro de preocupación. Con
dose hacia su socio y amigo de la infancia, que estaba se
Javier. ¿Cómo puedes
como si la situación no fu
trar en pánico. Además, sie
omo si hubiera p
s contratos más grandes están en renegociación, y los accionista
una mano, int
e? ¿Crees que eso
comienzo. Si seguimos así, nos ve
razón. Los Altamira se habían construido una reputación de audaces y visionarios, pero en los últimos años, sus decisiones habían
-dijo finalmente, le
nque no parecía de
r. No podemos darnos
arpadeaban como estrellas terrenales, dos ce
bela había reunido a su familia inmediata en el comedor principal, un
quiebra? -preguntó Andrés, el hermano menor de Is
espondió ella, con un tono cortante-. Necesitamos
nder la mansión? -dij
sabela fue tan fría como inesperada, y t
su padre, golpeando la mesa-.
e -replicó ella, sin perder la calma-. Si no esta
e de los Altamira, la conversa
el extremo de la mesa de cristal-. He trabajado toda mi vida pa
dejando su copa de vino sobre la mesa con
milia, fulminándolo con la mir
do una ceja-. ¿Quién querría asoc
una calma calculada, como si ya
Villa
arcajada que reson
mos que han intentado apla
en la misma situación que nosotros, aunque intenten di
la cabeza, tod
ena de arrogantes. E
rumpió Emilia-. Esto no se trata de quié
sabela y Javier, sin saberlo, compartieron un
anera. Pero mientras el orgullo y las diferencias seguían siendo barreras insalvables, un inesperado g