Los misterios de mi novia fugitiva
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Capítulo 247 Quédate aquí y acompáñala
Palabras:958
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Actualizado en: 28/01/2025
el interior de un eleg
or con una expresión indescifrable. "Señor Ortega, no te pr
semejaba más a una mueca y repli
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1 Capítulo 1 Te encontré2 Capítulo 2 No la dejará ir3 Capítulo 3 Asumir la responsabilidad4 Capítulo 4 Un simple movimiento estratégico5 Capítulo 5 Pórtate bien y te llevaré a divertirte6 Capítulo 6 Escapar de la villa7 Capítulo 7 Darle una sorpresa a la familia Gibson8 Capítulo 8 La habitación de Eunice en llamas9 Capítulo 9 Obligada a volver10 Capítulo 10 ¿Tanto te preocupas por él 11 Capítulo 11 Quería su obediencia12 Capítulo 12 Hecha a su gusto13 Capítulo 13 Crear oportunidades para Denzel14 Capítulo 14 Un benefactor rico e influyente15 Capítulo 15 Algo aún más emocionante16 Capítulo 16 Alguien una vez me alimentó así17 Capítulo 17 Encontrarla de nuevo18 Capítulo 18 Es tan falsa19 Capítulo 19 Una piedra en el zapato20 Capítulo 20 Dispuesta a causar problemas21 Capítulo 21 Cosechas lo que se siembras22 Capítulo 22 Charlie llega a la universidad23 Capítulo 23 Una estudiante excelente24 Capítulo 24 La forma en que la miraba cambió25 Capítulo 25 Ensueños26 Capítulo 26 Conoce a la abuela de Charlie27 Capítulo 27 Ella es única28 Capítulo 28 Causa una escena en la propiedad de los Wallace29 Capítulo 29 Una pieza sin nombre30 Capítulo 30 ¿Cómo se llamaba 31 Capítulo 31 Traicionada por su propia familia32 Capítulo 32 No podía dejarla ir33 Capítulo 33 La desvergonzada familia Gibson34 Capítulo 34 No te metas en lo que no te incumbe35 Capítulo 35 El placer de la tortura mental36 Capítulo 36 Una mujer ingrata37 Capítulo 37 Demasiado dominante38 Capítulo 38 Hora de divertirnos39 Capítulo 39 Trenzarle el cabello40 Capítulo 40 Mi nombre es Helena Gibson41 Capítulo 41 Una foto de ella42 Capítulo 42 Su cercanía era un peculiar consuelo43 Capítulo 43 Seguirle el juego44 Capítulo 44 Escape45 Capítulo 45 Sabrás quién soy cuando me veas46 Capítulo 46 El chico de cabello plateado47 Capítulo 47 Almacén subterráneo48 Capítulo 48 Su café es muy amargo49 Capítulo 49 Nunca huyó de un desafío50 Capítulo 50 La insignia del diablo51 Capítulo 51 El rescate comienza52 Capítulo 52 La confianza que inspiraba Helena53 Capítulo 53 Tercer encuentro54 Capítulo 54 Se quita la chaqueta para cubrir sus piernas55 Capítulo 55 Balas dumdum56 Capítulo 56 Manteniendo a Eunice enganchada57 Capítulo 57 Comprar de nuevo la villa de su madre58 Capítulo 58 Vigilarla sigilosamente59 Capítulo 59 El plan de Eunice60 Capítulo 60 La enamorada secreta61 Capítulo 61 Enfrentar a Eunice62 Capítulo 62 Casi descubierta por Charlie63 Capítulo 63 Aceptar la invitación de Eunice64 Capítulo 64 Solo ven a ayudar65 Capítulo 65 La dueña de la villa66 Capítulo 66 Enseñándole una lección67 Capítulo 67 No eres tú el afortunado68 Capítulo 68 Cuál es tu oferta69 Capítulo 69 La pelea de gatas70 Capítulo 70 Enviarle una botella de vino71 Capítulo 71 Un regalo especial72 Capítulo 72 La legítima dueña73 Capítulo 73 Avergonzada74 Capítulo 74 Acabando con Eunice75 Capítulo 75 ¿Me reconoces 76 Capítulo 76 Jamás podrás escapar77 Capítulo 77 ¿Y si Charlie se enamora de Helena 78 Capítulo 78 La sorpresa79 Capítulo 79 Trata de no molestar a tu papá80 Capítulo 80 Solo llámame Helena81 Capítulo 81 La cosa que ella más odia en esta vida82 Capítulo 82 ¿Hay algún problema 83 Capítulo 83 Esto no ha terminado84 Capítulo 84 Encontrar la manera de ganar dinero85 Capítulo 85 El Parque Marino vacío86 Capítulo 86 El primer encuentro cara a cara87 Capítulo 87 Actuaste como si no existiera88 Capítulo 88 No veo razón para dejarte escapar89 Capítulo 89 Observándola con creciente diversión90 Capítulo 90 Si sigues moviéndote91 Capítulo 91 Su almohada olía a él92 Capítulo 92 Cualquier cosa que desees93 Capítulo 93 Esperando a que vuelva a casa94 Capítulo 94 Un mal presentimiento95 Capítulo 95 ¿Quieres irte con él 96 Capítulo 96 ¿Quién más podría ser 97 Capítulo 97 Descubre quién es la mujer98 Capítulo 98 Se parece a aquella chica99 Capítulo 99 Su lengua afilada siempre lograba irritarlo100 Capítulo 100 Un accidente