Vendiendo mi virginidad... Al CEO

arima, el presentador esta a mi lado, las luces me enfocan, pero a pesar

s estan ob

eza a presentarme, dice mi edad, peso,

ecesitas ver todo— me dice el pres

n instante, y tras una breve vacilacion empiezo darme la vuelta lentame

special mi culo, es la primera vez que sient

s, el presentador dice unas palabras,

subasta, los hombres se quedan en silenc

ipio, pero solo con ella los hombres se quedaron en silencio, no

tractiva? —pienso, mientras espero con el corazon en un puño

hombre finalmente hace una puja, y un instan

i, empiezo a relajarme, la espera solo habia durado un

pero habria sido mucho peor que ninguno de esos hombres desconocidos

ian la ofertando, y yo me sorprendo mucho al escuc

podria ganar esa cantidad con el trabajo de camarera que t

—pregunto el presenta el prese

una mesa junto con otro hombre que parecia algo aburrido de

siguen ofertando por mi, y él ni siquiera me da un vistazo, por lo visto no le int

90.000 dolares, el numero de ofertas empieza a bajar y a ralen

uién da mas? —pregu

que anteriormente habia

re mayor que estaba sen

eria mil veces al hombre que era mas joven, él era bien parecido y con buen fisico

pero preferia que fuera con alguien cuya edad se apr

dijo el ho

dijo el ho

ador, mientras gira su mirada al hombre joven

unicos que seguian compitiendo en la suba

mientras, miro con ojos algo supli

lguien podia salvarme de perder mi virginidad con un hombre

oven, que con el hombre mayor, era bien parecido su edad no deb

ratar de seducirla y llevarla a la cama, quizas lo haria, y eso seria gratis, por no

dijo el ho

mi mente, mientras rezo que

dijo el ho

—maldije e

sa de donde esta sentado el hombre joven y su a

na mirada a su amigo, el cual sigue con los ojos cerrad

ere ofrecer mas? —pre

as miro con suplica la mesa donde el

ad de esta chica sera para nuestro distingido cliente

dice el ho

esmayar del alivio, pero en un instante recuerdo

s, no lo hagas —rezo en

spues de una breve espera, no parece mos

una, a las dos, y a las tres, ¡Vendido al señor Saint! —dice el presentador, mi

tando de adivinar si ese sera el ape

n ese hombre Saint, me acaba de salvar d

razon por la cual vine aquí era para obtener la mayor cantidad de dinero para el trat

ente —pienso, mientras pienso si de verdad hubiera

ntras que el 30% seria para el club, el monto ofrecido por mi seria de 300.000

nque trabajara como camarera durante 8 o 9 años, pero a