icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Obligada a casarme con el CEO infiel

Capítulo 2 Verdades a la cara

Palabras:1241    |    Actualizado en: 01/12/2024

ítu

es a l

eó fuerte al cerrar su libreta. La idea de almo

minó al comedor, donde espera al rededor de

squina derecha de la mesa y

inal del verano -Elha interrumpe

s de más de dos meses. También me alegra que est

osa y guarda silencio unos minutos antes

e Martina y le regala una so

os, quiero que lo conozcan -comenta sin leva

nta Ricardo restándole importancia- ¿Se t

imaginario, cielo?

Sé llam

temblar a la chica-. No quiero sorpresitas, Elha. No es como si pudieses decidir algo en esta casa. Si e

de Adrián con su padre no sería una tarea fácil y por un momento sintió miedo de se

hacer era lo una locura, pero no quería seguir escondiéndose de nadie y creía que hablar con su padre era n

i tengo referencias de él -agregó Don Ricardo mirándola fijamente-. ¿

-responde temblando de miedo-. Y

nte como ese, así que tu amiguito no pondrá un pie

uiera lo conoces. Solo da

é que castigarte. Otra palabra más sobre este tema y tendré que enviarte a estudiar a I

de Adrián, la anciana estaba a punto de sufrir un desmayo, de lo nerviosa que se

señora Brucelli; me pr

omedor?», -pensó Don Ricardo muy enojado, mientras tiraba la se

e las nóminas de trabajo -interrumpe Don Ricardo mirándolo de manera

papá -respondió Elha, casi

llevaba a la boca, haciendo un terrible desastr

ovio? ¿Te has vuelto completamente loca? ¿Quién te ha dado

or -suplicó El

laneas dedicar tu vida a lavarle las medias a un

es algo de otro mundo, son jóvenes y los jóve

bandonar sus estudios para dedicarse a criar a los hijos del asalariado profesor de p

ue bien las cosas -agregó Martina una vez más

ealmente intolerante y estúpido. ¿Qué se ha creído esta

u hija había sido capaz de ligarse con un hombre de bajos recursos

ue yo... Quizás podía tener solo uno -respondió Elha en un hilo de voz, mue

esa cabezota y una pizca de sentido común te darías cuenta de que no debes meterte c

o An

a ella -comentó Martina tratando de arrojarle más leña al fuego-. Mi niña,

que yo no poseo sus mismas riquezas, pero estoy seguro de que su hija estará bien conmig

urmuró Martina, con una

ada? -Don Ricardo lo mira fijamente desafiándolo-. ¿Si mi hija se enferma a donde la llevarías? ¿Al dispensario público del pueblo? Pues déjame decirte que ella está acostumbrada a l

a adecuada, no importa donde sea, el dinero no lo es todo en la vida -responde Adrián seguro de si mismo-. Mientras más insis

Obtenga su bonus en la App

Abrir