El desprecio por ser embarazada
mpujó la puerta
indicación, entré en la habit
n, había una alfombra blanca y negra en zigzag. Encima de la cama había un cuadro abstracto que contrastaba con la combinación de colores de la habitación. Al final de la cama, había un
e preguntó el
iquiera la habitación que compartía con mi
enca
nr
el cajón. Ya está conectado a Netflix
ninguna televisión. Él notó l
entro de la habitación. Entonces vi la televisión de pantalla plana en la pared. Era de
ido que estaba dispuesto a dar
kson. No sabe cuánt
son
me Baldo. Señor Dickson
regunta salió antes de que t
ntio
asaba de los treinta, pero no me hab
itación se quedó en silencio e incómoda. Después de unos treint
mayoría de las veces me quedo en el salón. Si tienes hambre, sírvete. -Sus ojos azules se clavaron en mis ojos mar
la habitación. Se volvió y me dedicó una peque
habitación en busca de cualquier cosa remotamente sospechosa, como cámaras y cables. Pero no encontré ningún cable ni cámara oculta. Me
manos por encima y gemí ante su suavidad. Nunca había dormido sobre seda, sólo sob
a de algodón y mir
detrás de
arme. Pero aún tenía dudas sobre el verdadero objetivo de Baldo al dejar que me quedara. No estaba acostumbrada
en po
un trabajo para poder comprar al
puerta me hiz
ela
o en
aído esto. Son de mi madre. Puedes usar una y mañana iremos a comprar algo que te q
la cama y me acerqué a él. Me puso la
pasado, pero déjame ayudarte. Todo mejora. Sécate las l
s ojos azule
able que nadie. Gracias, Baldo. No sé cómo podré pagártelo -dije, incluso con mis dudas, agradecida por su ayuda. Esta
nr
olerme la axila. ¿Olía? Era algo que me preguntaba con regularidad. No me duchaba con frecuencia, así que era muy c
mereces un largo baño caliente en una bañera -dijo. Só
no me doy uno
on el ceñ
-habló como si tuviera experiencia e
apo que pueda
pa que nos
hí. El jabón corpor
reí, mirándol
s. Sentí un cosquilleo en la columna vertebral, así que di un paso
ro era imposible con
bros y negó con la cabeza. -No debes agacharte. Voy a
tomé asiento. Vi cómo se agachaba y recogía la ropa que se había caído. Cuando oía la palabra "ri
tomarte un descanso -continuó, recogiendo los objetos y doblándolos; sus acciones eran las de alguien bien en
es que h
ó la c
vas a aburrir si
nseguir u
ó la c
ome los pies. -Mírate los pies, están hinchados. Llevas seis meses así, es hor
con la
r dinero de él sería diferente a ac
la ropa doblada en sus manos y se levantó del sue
i madre me e
uando empieces a tra
con la
de que tarde años en de
bien c
o las
do. Cinco m
ó la c
un cochecito, leche de fórmula, pañales y puedo seguir -dijo. No me di cuenta de todo lo
acabé el instituto, así que no tengo título. Sería difícil conseguir trabajo, pero no imposible. Había muchos
nr
mo. Para ser un hombre que decía haber pasado por muchas cosas, era muy positivo. Se
cias negativas, mirarle a sus encantadore
eis meses, creí que