La Prometida Impuesta Del CEO
ali
tarde esperando un mensaje suyo, quería no ilusionarme, pero me era inevitable porque solo con pen
ener albedrío propio cuando se trata de Jacob Morgan, sin embargo no debo perder mi perspectiva mi objetivo es reunir el sufic
..
uillarme las bofetadas de mi tía habían desaparecido así que podría quedarme al natural el día de hoy, alisté mi mochila para llevármela de una vez ya que
s antes de que Jacob viniera por mí, no me daría chance de desa
la cocina dejando un bes
con rapidez y salí de la cocina despidiéndome, justo antes de
a fiera y me lanzó una cachetada. – ¡¿Cómo osas coquetearle a
lo sentí en el brazo el ardor fue como una quemada en mi piel, perdí fuerzas con el cuarto latigazo, cuando la puerta
E DEM
hé la voz de sor
mírame, respóndeme –Me quejé cuando me alzó en sus brazos, salió de la casa y me metió en su auto, vi cuando entró de nuevo tar
el acelerador. –Iremos al hospital y luego vendre
..
ergüenza y pánico, no sé qué le habrá dicho Fedora a Jacob, no sé si le dijo en un arra
arás mejor –Me dice la enfermera con amabilid
arme a Jacob ¿Qué explicaciones le iba a dar? ¿Cómo le iba a decir que Fedora me estaba golpeando por una
cob acompañado de una mujer impresionante, de cabello negro rizado, llevaba gafas negras que la hacían ver intelectual y una vestido aj
? –Preguntó expres
é la mirada viendo de soslayo
mi prometida. –Una parte de mí se sintió orgullosa al notar
risa amable extendiendo su mano, por lo menos ella
mujer por tus cosas, te quedarás c
acob y Leticia cruzaron miradas, pero
no llego esa mujer casi te mata a
s que se quede conmigo esta noche en el hotel? Mientras tú acondicionas esa guarida de soltero
o iré por tus cosas a la casa de tus t
icas! –Mi futuro marido r
as dejaré e
..
intura tenía dos, pero lo que más me angustiaba era el enojo que podría haber provocado en Fedora y las consecuencias, lloré frente al espejo p
eticia, estaba recibiendo a un camarero q
ejor? –Me pregu
ría hacer una llama
ñó el ojo y entró en el baño cuando cerró la puerta corrí hacia el teléfono
Redmond –Agradecí
ita s
ña! ¿Est
or debajo de mi almohada está la foto de Luci
n Fedora te acusó de seducir a tu tío mi niña –La voz de Ermita pareció desvanecerse