El reflejo
ne
to, y disculpándome una vez me liberó, caminé lo más rápido que mis pies me lo permitían, alejándome de ellos. ¿Cómo podría volver a mirarlo, después de lo que sucedió entre nosotros? Luego de pasar una intensa noche, que disfruté como nunca en mi vi
taba llenar mis pulmones de aire, y comprendiendo, que mientras más tardara en asimilar lo sucedido, más difíc
la salida, y elevando mi mano, tomé el pomo de la puerta para abrirla, llevándome la mayor de mis sorpresas al hacerlo. Era él, Jordan. Se hallaba de pie frente a mí, con sus enigmáticos ojos azules, que recorrían mi cuerpo entero de manera luju*riosa, con esos labios carnosos que mor
rdan? -Pregunté en un hilo de voz,
rd
a por qué, pero verle en la fiesta me puso muy contento, hasta que me la presentaron como la hija de la esposa de mi padre, convirtiéndose así en casi mí hermana, hasta ese momento, albergaba la esperanza de repetir esa noche, mejorada, por supuesto. Al estrechar su mano, pu
Jordan, y ahora
i hermana, a lo sumo mi hermanastra, igualmen
. De todas maneras, como bien dices, tu p
ar rumbo al baño, no podía desaprovechar e
dijo Patricio tom
sto es importante -zafé d
uando iba a girar para irme, la puerta se abrió y la tuve frente a mí, a escasos centímetros, ¡y vaya!, esa mujer era
iendo, Jordan? -me pregun
ea, pero quiero
cador para dama se
hace que tenga ganas de tocarte -y mi cabeza
erio -esa súplica en un
inado, para ponerlo detrás de su oreja, con el índice acaricié su lóbu
, se trata de que a
ermanos Ginebra, nada más lejos que eso -y me fu
to -dijo ella, de t
mujer tenía unos senos increíbles y se había puesto un vestido con un esc
un desc
e estaba haciendo perder la cordura, así que me pegué a su cuerpo y le pasé una mano por el muslo, ese que llevaba al descu
l aroma de tu piel -le murmuré al oído -me has dejad
o suplico, dé
n largo gemido, así que con mis pies en sus tobillos la obligué a separar las piernas y la seguí atacando con mi mano, mientras mi boca recorría su cuello y mi otra mano se deslizaba por el escote de su vestido, aprisionando uno de sus senos y jugando con su pe*zón. Quería escaparse, pero podía sentí su falta de voluntad para hacerlo, así que continué con mis caricias hasta que su cuerpo se puso rí