PRÉSTAME TUS DÍAS
uermo ron esta noche; contemplo el color nar
o dejo de hablar de colores, países y animales, las camisas que ya días no veo en mi guardarropa o las medias que a
e a despertarme para ir a mi primer día de terapia; mi padre pidió que mi horario fuera temprano por la mañana porque según
ita de mami,
Fingiendo despertar soñ
o, vamos, debes alistarte y de
acostada, no tengo energía y mucho menos fuerza para cargar con
e demasiado temprano, por culpa del universo
o turno, con mi condición es realmente molesto tener que ver la cara de lástima de la gen
mbre un terapeuta que se asom
la puerta abierta para mí. Dentro y echo un vistazo rápido a todo lo que hay dentro; me abruma s
o me consuela y me da pena a la vez, no debería hacerme sentir mejor el saber que hay ge
haré una prueba física, para saber con que ejercicios comenzar o cuáles te dar
más para mí
on toda la fuerza que tengas. Procedo a hacer
o al cinco dime ¿
cuat
o que te pedí antes pero
informo después d
algo que te haya prohib
S
osas, por favor. Me ins
mpoco hacer ejercicios físicos, así que no entiendo que hago e
son moviéndose de bajo impacto para tu problema, pero altamente eficaces para ayudar el
ué es lo que d
ienes mucho daño y poca fuerza, solo harás 30 minutos en esa
e dijo el doctor que no debía de u
da de enfrente en vez de en frente de la rueda trasera, eso hace que tu fuerza se aplique, pero
ulpo avergonzada por mi reacción,
tes y te notes interesad por saber y
cias, soy a
sas para devolverte tu tarjeta. Asiento con la cabeza
de ver a mi alrededor para ver quién me veía, como me veía, hasta que la sala quedó vacía
do se hace más rápido escuchando música. Salgo de mi ensimismamiento para buscar una reloj que me indique que ya he aca
ce algo mal?. Pre
azón acelera sin hacer ningún cambio, de segunda subió a quinta en un segundo
da?. De repente m
donos ahorita, cantas como
do, ¿estaba cantado en voz alta?. Siento que tod
tando en voz alta, y lo hiciste genial; que sepas que eres la primera que nos ha
ni que tan bien, solo puedo pensar en que esos ojos míticos me vieron