Edwar "El Sigma de la manada"
se cubre el rostro con los dedos semi abiertos. Es la primera vez que ve a un hombre totalm
idad. Se siente avergonzada y quiere irse de aquel lugar cuando de pronto, el hermoso hombre se
s a morir -Edwar tiembla de escalofríos
Iré a buscar ayuda -le dic
-le pide.- Correrá
abras de Edwar, la inquieta y rebelde chica se levanta para salir, el estr
-Se echa h
des salir. Corre
ré mi mayoría de edad. -él sonrió- ¿Po
sé como supieron que andabas po
con todo esto? Creo q
lo, y que no se
Selena un tanto confundid
ende con aquellas palabras- Es pos
nerviosa. -Edwar se pone de pie y la ayuda a
o mira fijamente, se refleja en sus ojos. No tiene muc
cho tu nombre!
un secreto, y
acerca lentamente, ella cierra sus ojos, siente
llevo rato queriendo hacer esto -la
losos y firmes brazos, quería abrazarlo, pero podía lastimarlo, como si él hubiese leído sus pensamientos, la rodeó con sus abrazos y atrajo su cue
la miró a los ojos, como si desea
está confundida con su rechazo, por momentos pensó que él sentía lo mismo que
un tanto desconcertada por su actitud.- Es mej
rvó la herida y con sus finos dedos bordeó
borde y se siente
livia un poco. -la chi
y descans
tida para casarse. Sin embargo, aquella aún adolescente era hermosa y muy tierna, eso lo pudo notar cuando estuvo cerca de ella segundos atrás, aún así no quería
odo formase parte de un plan predestinado para ella. ¿Por qué entonces, él la defendió? Se pregunta a sí mismo. ¿Qué tenía él qu
lante descubri
ras, como tampoco lograba entender lo que ocurrió minutos atrás. L
iva de Edwar en su condición lycantrópica le permitía escuchar perfecta
a y él se sorprendió de que Sel
íste? -ella asintió. Él se incorporó rápidamente- Debe
refirió ella
úbrete. Hay que
tú estás
es importa? -la chi
a y saca un suéter que guardaba como recuerdo de su padre
stán dispuesto a todo para llev
tornó pálido como una hoja de pa
l camino, por ahora
cesito que confíes en mí,. -dijo él, sujetándola de ambos braz
a para ese momento. El lugar era algo montañoso, la neblina se desdibujaba a lo lejos, el aire era fresco y puro, pero a
penteaba a través del valle, rodeado de rocas y acantilados escarpados. Sus aguas cristalinas reflejaban el cielo azul y la vegetación alrededor de este era bos
río y cruzar antes de
cruzar ese río -dij
os tiempo para detenernos y explicarte lo que ocurre. Esto no se trata de mí, ellos te bu
aba que algunas partes de la montaña estuviese mojada y resbaladi
do. Tengo
jaré que te hagan daño. Sólo sujé
el río. La proximidad de los
y cerca. ¿Estás lista? -el
do contra las rocas llena el aire mientras ellos se aferran a las piedras y tratan de mantener el equilibrio. El agua fría
ido de urgencia y determinación. La pareja se apoya mutuamente, se miran a los ojos con determina
soltando el brazo de Edwar, y siendo arrastr
chica en peligro de ser arrastrada hacia los acantilados, le paraliza momentáneamente. Mas, no puede de
esa roca. Y
mo puede lucha contra corriente, llegando hasta la roca donde se encuentra la chica. La toma de
cia él y con sus piernas rodeado su cintura. Edwar debe s
os y firmes. Dando algunas zancadas, finalmente logra atravesar el río y llegar a la orilla opuesta, empapados y agotados, se
bserva con ternura, aquello que sentía era especial, definitivamente lo era.
provocando que su piel se erizara por completo. Él sujetó su mano, deseaba a
bemos seguir -dijo arrastrando las pal
la luna llena. Con el río rugiendo detrás de ellos y las montañas majestuosas extendiéndose frente a ellos, co