Esposo Despiadado.
tarÃa haciendo la fiesta del primer año de su presidencia en la Universidad de Artes que su familia habÃa creado. Se brindarÃan algunas becas a estudiantes realmente intel
tras que hace algunos dÃas estaba convencida de que querÃa el divorcio, pe
ebastián no era un buen esposo. Después de ese dÃa volvimos a casa, no puedo negar que tenÃa un poco de fe, esperando que todo cambiara, pero una vez más Sebastián se dedico al tra
de nunca llego a dormir durante tres dÃas. Pero sabÃa que hoy era un dÃa importante, lo supuse cuando recibà demasiados mensajes de mi querida suegra, dici
terminar de peinarme el cabello en un chongo
aba antes de casarme, pero la soledad y el hecho de no poder bailar me llevo a robarle algunos ci
que estaban tratando de atender a los invitados, que estaba afuera en el jardÃn. Yo salgo al bello jardÃn
ando a ellos yo no. Todos parecÃan tener la cabeza lavada, ellos me trataban asà s
cando ligeramente su hombro, puesto que no querÃa hacer el ridÃculo si no era la persona que esperaba ver. Y
con fuerzas entre mis brazos, era la única pe
espués mirarme a los ojos. –Desde que dejast
tan amiga que cuando me comprometÃ, ella me aseguro que este matrimonio iba a ser perfecto, pero de pronto tuve
puesto que el lugar estaba lleno de invers
–Yo me quede sorprendida por lo que de
inar la universidad en Live
lesta, para ver quien era la persona que me estaba sosteniendo con hostilidad, dándome cuenta que era mi suegra Paulina. La mujer era una hermosa e
mujer me aleja de Matilda. La joven me mira con tranquilidad y me brinda una sonrisa,
tenido la decencia de saludarme primero. –Me mandaste mensajes consta
, también se que no tienes buen gusto en la ropa. –La mujer no me miro ni un momento, ella solo miraba a la gente pasar mientras
le de la casa con un porte superior, era como ver a un prÃncipe de los cuentos de hadas hecho realidad. Su vestimenta era bastante
e era el hombre del momento, pero solo vi como camino hacÃa mÃ. Mi respiración se entre corta, ya que a pesar de que es un mal marido, es muy guapo. Y cuando está enfrente de mÃ, me rega
stoy tan orgullosa de ti. –Yo solo rodé los ojos puesto que cuando nos casamos, ella estaba
ro yo no podÃa ocultar mi cara de disgusto, tratando de mantener distancia con el hombre, pero a él no parecÃa importarle. –Hoy te ves radiante, eres la mujer más guapa de esta fiesta. –Con lentitu
s darle las gracias a ella. –Murmuré tratando d
su madre lanza una risa que de inmediato me molesto. –Como cuando se comprometieron, el vestido que llevabas
ice saber de inmediato, puesto que para mà fue espec
bre solo miró a otro lado, tratando de darme a entender que no le importaba está conversación tan banal. –Tenemos el dinero suficiente como para contratar un estilista, te
igue actuando como siempre. Subà al segundo piso para poder ver la fiesta por una ventana mientras fumaba un cigarrillo, pude ver como Sebastián me buscó por todas partes, se sup
ma para tomar un micrófono mientras todos los miraban con atención. Sebastián tenia la facilidad de la palabra, a
Termina de decir después de un gran discurso. –Espero que disfruten de la fiesta, y después de celebrar
ntra su madre, después de insultarme enfrente de su hijo, que parecÃa no importarle nada. Fui a mi habitación buscando el atuendo más vulgar que pudiera encontrar, lo cual no fue tan difÃcil, ya que antes de casarme tuve una fiesta de despedida de soltera, en donde utilice un vestido negro de látex que se pegaba
código de vestimenta. Quizás millones de personas pensarán que soy una ramera o que he perdido a cabeza, pero querÃa ver a mi esposo realmente enoja