Oscuro, Hermanos Dracul 1
cardiaco, este llegó a su casa. Jack abrió la puerta e intercambió algunas palabras co
ntras líneas de tensión surcaban su rostro, por lo que en definitiva fue un viaje
haber ignorado a es
dijo nada. No es que esperara horas y horas de un inagotable discurso sobre su exquisita belleza, pero anhelaba al menos algún tipo de
un taxi y regresar a casa, pero era joven e ingenua. Su corazó
al joven que aguardaba para estacionar el auto. Y en su mirada vio la clase
achorrit
camente. Y la estocada final llegó cuando mientras cenaban, le preguntó si no había forma de que dejara de ser tan masculina, porque si de verdad quería que l
chico jugando a ser mujer. En mí círculo social
nmoción leve, Emi vio en sus ojos la pena, el dolor y el arrepentimiento. Lo curioso de todo aquel m
ocieron en la oficina de su padre, pero lo cierto era que le había visto varias veces a lo largo de su infancia. Cuando t
uando unos matones del barrio iban tras ella, apareció y les hizo huir para luego decirle que siempre la protegería. Pero no había
añadirle dolor y vergüenza, Alec quiso que hablaran, pues de alguna forma comprend
que la noche acabaría y mientras las lágrimas
nía, le aseguró que pronto llegarían al hospital y que ahí le darían algo para que se sintiera mejor, p
él era imperioso saberla bien, pero por otra parte, asumía un papel de macho alfa,
uele m
e respondido con una buena grosería, pero no estaba enojada sino dolida. Y él lo notó, la derrota en la mirada de Emi dejó en claro q
aquí l
ebes ca
ebo preocuparme de que suceda de nuevo pues nunca más, me
uiero dejarte, me preocupago tan grande el que tienes, Alec! Además, creo que has dejado en claro q
ueña
He sido majadera, insistent
lo que
acosarte y solo te pido que no le digas a mí p
dícu
dirías matrimonio y tú, me has dejado en claro que soy el chico con
scucharlo replicar corroboró lo que sentía en es
n, dio gracias a Dios de que su padre siempre la había
a Alec para
tención médica y salió a la calle. Alec venía tras ella, pero no volteó,
e se metió a su habitación y en la oscuridad de su refugio se puso a llora
aquello y debía mantener
a mareos ni nada. Mientras disfrutaba de aquella tranquilidad llegó a la conclusión de que todo aquello había sido su culpa. No es que excusara la forma tan