Me Quedaré Contigo, Arquitecto
¿Él es s
toy lista para inventar una historia de com
me de haber aceptado
lda, el tacto es tibio, es inevitable no
etenido con mi chica. —Me acerca a su
que fuera
en mí, su mirada es analítica y eso hace que incremente el nervi
er de la que tanto me ha hab
nti
n gusto conoc
abuelo, "señor" me hace sentir viejo.
ntrario. De pronto el celular del señor Raschid comienza a
suspirar
ejor de lo q
ur
uerrá saber todos los detalles de cómo nos conocimos. —C
diremos?
allí iniciamos la relación y tenemos ya un año.
¿Q
? —Levanta la vi
br
lo hay! —d
nos casaríamos pronto,
. —Será por dos meses, luego nos divorciamos al
, c
so
—Doy la vuelta y choc
ovencita, aún no he tenido el privile
Abuelo —cor
ento. —He reservado una me
ayuda, sonríe encogién
ambiarme. —No me qued
*
lador. Opto por dejar suelta mi larga cabellera negra que cae por la espalda, el maquillaje es senci
veo
ré tarde. Y justo tocan a mi puerta, voy hacia ella lo más rápido que mi
todos l
l tradicional moño que usan la mayoría, aún así destila demasiada elegancia. Pero lo que me deja sin aliento es como
qué lo
sí, o sea, él no me gusta pero
arpadeo des
¿
embobada. Disimulo sin mucho éxito que
ie, controla e
os está espe
razo hacia mí, me agarro de
stará solo mi abuelo —lad
al resto de mi familia. En serio n
Qu
así, debí suponer que en cualquier momento conocería a toda s
e no será tan complicad
esp
parecido al de Said. Caminamos hacia ellos y es imposible no notar las miradas curiosas de algunas mujeres que se encuen
luyé
mbre que no había visto. El se
hes —decimo
Adam de ti y la hermosa prometida que
s rastros de blanco. Le aparento como unos cuarenta años, a diferencia del
que no e
arbudo. Sus ojos reparan en mi presencia y sin disimular me mira de pies a cab
i brazo, no es necesario ser inteligen
ometida. —Dice resaltando l
este la toma pero en vez de estrecharla la to
a forma que me crispa la piel, la quito
mala e
el susodicho sonríe mostrando uno