La Desheredada de la Familia

a distancia que venía acercándose. Isabella volteó sorprendida. — ¡¿Acaso no

r el correo. — Balbuceo ella

us manos, con una expresión llena de tristeza. — ¡Bien! Ya tienes tu correo y ahora que el banco oficialmente es el dueño de esta casa, no volverá a llegar más, así que no te preocupes por volver… — El hombre miro alrededor, notando que algunas personas en la calle, se había d

e ropa que tenía, que era todo lo que le había quedado, y volvió al ref

embargo, ahora le pertenecía al banco, todas sus cosas, tanto la casa como sus pertenencias, habían sido confiscados debido a la enorme ca

dormía, miró alrededor y suspiró pesadamente, ahora este era el único techo que tenía y aunque no era fácil vivir en ese refugio, pues allí convivía con un montón de extraños, muchos malhechores y malintencionados,

e habitación, Jade, se lo había recomendado para evitar que le roben sus cosas, pues ella era otra muchacha desamparad

encontraba en la habitación, probablemente había salido para conseguir algo de dinero o comida, pidiendo en las calles. Así que, Isabella ap

an llenos de cuentas sin pagar y avisos de último cobro, la joven fue arrugando cada uno de los papeles, sin dejar de llorar, ¿Por qué la vida había sido tan

rrespondencia que ya no se molestaba en abrir. Uno a uno, fue despedazando cada carta y justo cuando llego a la última, en

gido a su madre, como el resto de la correspondencia. Este sob

es ese era el nombre de su abuela paterna. Una fuerte corazonada invadió a la muchacha, el llanto y la rabia comenzaron a mengu

rta. Isabel

saludo por parte de to

unión familiar, la cual se llevara a cabo en un crucero de dos semanas a part

necesarias para poder asistir, sería de

ar, le agradecemo

, Margaret

erta, pues nunca, pero nunca en su vida, Isabella, había tenido ningún tipo de contacto con esa familia, de hecho, la joven sabía muy bien, que su

ía de los Sinclair, la segunda familia más rica y poderosa de todo el país. Sin embargo, Albert, el próximo heredero de la familia,

milia Sinclair al enterarse de que su hijo mayor, su orgullo, había contraído matrimonio en s

u vida por completo, pero siendo muy feliz, a pesar de que sus padres, sus h

onas que no conoció, que nunca la buscó ni le tendió la mano, personas que ella veía en las noticias y en la t

rdaba haberla visto una sola vez en su vida, apenas era una niña y la había visto de lejos, a unos cuantos metros de distanci

Sopeso la joven con cierto sentimiento de rabia, pues a pesar de todo el

las amenidades con la que contarían en el viaje: comida, bebidas, suites amplias, piscina, diferentes actividad

pago, aunque estaría conviviendo con unas personas que no conocía, definitivamente era mucho mejo

de pobreza en el refugio, pues probablemente seguiría siendo una exiliada de la familia por ser hija de su madre, no obstante, si había un

era su oportunidad. Su madre siempre le enseñó a ser buena persona, le dijo que cosas buenas le p

año”, se dio cuenta de que esa fecha era ese mismo día, se levantó de su catre, apresurada, releyendo

uardado debajo de la cama, cuando un fuerte golpe en la puerta la asusto. Isabella supuso que se trataba de jade, ya era

, qui

Se escuchó del otr

su amiga no veía sola, sino que la acompañaban un par de hombres. Isabela los con

ho Isabella, er