Los fetiches del multimillonario
ificante. Me niego. No quiero contestarle; pero he estado evadiéndola por mucho tiempo, y tengo
rem
r el terreno q
a, m
go ganas de hablar. Siempre se trata de un tema que más que alegrarme me ha
contestarle a tu madre ―mamá
o estoy
rás de humor si
erando una llamada de trabajo y
in consegu
ello, solo es
ienes que hacer
más tú y yo sabemos que no quiere verme y en el fondo
meses. Creí que era verdad esa actitud, pero ahora pienso que solo e
conversaciones con mi madre, pero he
no seguir
, pero es tan insensible
rás veintitrés, y es tu hermana menor quien se casa. Deberías estar feliz que te
portun
mos solo me hace llorar. Si ten
da que quiero construir ―dig
s sarcasmo, voy a creer q
o que eres tan
res nada de lo que pensamos. Es el día más feliz de tu hermana y no vas a arruinárselo, y por tu bien no
ras de mi madre no me emocionan para nada, y menos la felicidad de mi hermana. Es su felicidad, tendría razón si también fuera la mía y est
spreciada de manera vil y ni siquiera he recibido una disculpa. Es el colmo que solo esperan que yo les desee toda la felicidad
fue mi culpa y recordarlo me llena de ansiedad y me dan ganas de lastimarme. Apri
mi mano dándome un susto de
ie
er que no es mi hermana. Por lo regular siempre me llama cuando lo hace mi madre. Es su manera de asegu
sto de inmediato. Puede ser de la agencia de la
, ¿
ta Alleg
ella, ¿Qu
por la empresa Wallflower Enterprises, en el área de asistencia de gerencia. Debe pr
cho en la torre principal ―re
acer colocarla en su nuevo empleo, que tenga una bonita mañana ―dice la mujer con
lguien que está a punto de echar su vida por la borda, aunque se diga que tiene muchas ganas de vivir. Eso medito apretando mi muñeca, tr
r cuando en vez de hablar con sinceridad te colocan a un psicólogo; por irónico que parezca, por lo menos ellas
n que tal vez deje de pensarlo cuando le demuestre que no soy una fracasada y menos u