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Arlin code N#7

Capítulo 5 La Revelación Oscurecida

Palabras:6594    |    Actualizado en: 07/03/2024

na oportunidad para descubrir nuevas formas de enfrentar la adversidad y encontrar la belleza en las pequeñas alegrías que compartían. En ci

nquietante se deslizaba por los pasillos húmedos de la prisión. El sonido apresurado de pasos y el tintineo metálico de llaves creaba

obre un evento trascendental que se aproximaba. Aunque carecía de detalles concretos, el niño sentía la re

ara lo desconocido que aguardaba en la oscuridad. La incertidumbre se entretejía con la d

la puerta al abrirse reveló la entrada de un hombre que irradiaba autoridad y riqueza. Su presencia imponía

y calculadora, barría la celda con un aire de superioridad. Era evidente que este hombre no estaba acostumbrado a que le desafiaran, y la crueldad se dibuja

iciosos escudriñaban a Arlene con una mirada que sugería más interés en su propiedad que en su persona. Ethan, a

jaba lugar a malentendidos. El hombre, sin embargo, parecía más interesado en presiona

pias demandas y Arlene resistiéndose con dignidad. La atmósfera en la celda era opresiva, como

e oído rumores intrigantes acerca de tu linaje", dijo con tono confiado. "Eres parte de una familia

con firmeza: "No sé de qué hablas, y no ten

última de tu estirpe, y necesito que traigas al mundo a los herederos de tu no

ba con fuerza los ropajes de su madre. La escena se desarrollaba como una danza peligro

e descontento en su interior. Sus pequeñas manos se crispaban, y sus ojos, llenos de determinación, se clavaban en el hombre que amenazaba la seguridad

o había consumido en el pasado. Sin embargo, esta vez, él se esforzaría por controlarla, canal

than. "Arlene, he oído hablar de tu linaje noble y tus habilidades excepcionales. Tienes el honor de ser seleccionad

No soy propiedad de nadie. No puedes simplemente llevarme contigo. Tengo un hijo y no

ormente estaba empezando a surgir de nuevo. "Este hombre pretende dañar a mi mamá...esto no

han, sintiendo la amenaza, retrocedió instintivamente. "¡No toques a mi hijo!" exclamó Arlene, tratando de proteger a Etha

pueda interponerse en mis planes. Será mejor que te acostumbres, pequeño. Tu destino es ser

silencio que haría todo lo posible por protegerlo, incluso si eso

. Aunque no eran excesivamente apretados, eran lo suficientemente grandes y pesados para limitar considerablemente la movilidad del niño. Co

a la libertad de Ethan. A pesar de su corta edad, podía sentir el peso y la incomodidad de las restricciones, y la sensación de impotencia volvía a crecer en

e fuera de la celda. A pesar de su desesperación interna, Ethan no podía hacer mucho más que lanzar miradas desafia

mantenían expectantes. Ethan, sintiendo la frustración acumulándose, buscó una salida. Miró sus g

nte, aún se encontraba lejos de ser completamente libre. Desde su celda, intentó articular palabras de resistencia, aunque l

o. Giró hacia los guardias y les ordenó que abrieran la puerta de la celda, pero no contaba con la fuerza interior de

o se lanzó hacia el hombre rico con una velocidad y destreza sorprendentes. Sus movimientos eran ágiles y precisos, sorprendiendo tanto a los

a los guardias que detuvieran al joven. Sin embargo, la exhibición de habilidades físicas de Ethan dejó

eciendo las órdenes del hombre rico. Los grilletes en sus antebrazos, aunque debilitados momentáneamente, aú

oteger a su hijo. La ansiedad y el temor se reflejaban en sus ojos mientras veía cómo los guardias

golpeando al primer guardia en la mandíbula. Aunque los grilletes no se liberaron por com

uardias, desconcertados por la rápida reacción de Ethan, dudaron antes de avanzar nuevamente. La tensión en la

habilidades físicas, ahora plenamente liberadas de las restricciones mágicas, le otorgaban una venta

ndo la espalda, buscando cualquier forma de reducir el malestar. Maldijo para sí mismo por no haber dejado incon

l rostro del hombre rico se transformaba en pura furia. Aquella apuesta arriesgada no solo no hab

las miradas dirigidas hacia él y adivinaba que algo terrible estaba a punto de suceder. Sus sentidos se agudizar

han. La perspectiva de una nueva confrontación tensó el ambiente, y Ethan se preparó para enfrentar a los dos

aptar cada detalle: la respiración agitada de los guardias, la ira palpable del hombre rico y la preocupación reflejada en los ojos de Arlene. Las sensaciones de los antepa

rvó detenidamente al que anteriormente había golpeado en la nariz, fijando su mi

isadas armas. Golpeó directamente en el mentón del guardia que previamente había herido, procurando dejarlo noqueado

ron en una suerte de vendaval, lanzando patadas precisas en dirección al guardia. La sorpresa y torpeza del guardia jugaron a favor de Ethan

rribó al guardia, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo de la celda. Rápida

ia, procurando dejarlo inconsciente sin llegar a causarle lesiones graves. Cada golpe resonab

sentir un resquicio de orgullo por la valentía y habilidad de su hijo. Sabía que Ethan

do. La expresión desagradable en su rostro se transformó en una mezcla de irritación y consideración. En ese breve instante, Ethan

oy a enseñar tu lugar", gruñó mientras un aura mágica azul comenzaba a emanar de él. La celda

mágica. Era como si una fuerza invisible los oprimiera, haciendo que se les dificultara respirar.

Ethan, tratando de protegerlo de alguna manera. La mirada entre madre e hijo transmitía una deter

accionaría ante esta demostración de poder. La situación en la celda se volvía cada vez más tensa, co

guerrero avezado, lejos de parecer un novato en las artes del combate. La presión mágica que emanaba de él era más abrumadora de lo que Et

ntenía el tenso enfrentamiento visual, un recuerdo desagradable se filtró en la mente de Ethan: unos ojos llenos de soberbia y orgullo prepotente, un ceño fruncido y una sonrisa desagradable. Notó con sorpresa que la expresión del hombre rico era extr

tuación solo servía para avivar las llamas de su determinación. El hombre rico, por otro lado, notó la mirada desafiante de Ethan y su postura intrépida, lo que añadió un mati

tmósfera cargada de anticipación. El aire vibraba con la magia opresiva del hombre y la volunta

pletamente las palabras, las asociaba con el latín, un idioma que había escuchado en su vida anterior. Las sílabas místicas y el tono ominoso del hombre r

volverlo. La magia se materializaba en sus palabras, creando una atmósfera aún más cargada en la celda. Aunque Ethan no compr

l presente oscuro de Ethan y Arlene. Ambos, madre e hijo, se veían atrapados en un conflicto mágico que ib

mágica que se arremolinó hacia Ethan. Ante el peligro inminente, Ethan instintivamente empu

El viento mágico, oscuro y veloz, envolvió a Ethan, quien resistió el impacto con valentía. La

hueco en la prisión. El viento disipó la oscuridad, revelando a Ethan en el suelo del pasillo, aturdido, per

stia hacia el pasillo mientras el hombr

la embestida mágica. El dolor en su espalda resonaba en cada movimiento, y estaba visiblemente desorientado mientras intentaba l

ejó aturdido y desorientado, mientras su madre, desde la celda, observaba con preocupación. Los destellos de la magia y el sonido retumban

dándose, vio como su madre estaba sien

n despiadada. Ethan, aún desorientado en el suelo, luchaba por ponerse de pie, su visión borrosa y sus oídos zumbando con el p

a Ethan en el suelo. Pero el hombre, con una risa desagradable

irada triunfante hacia Ethan. "Y tú, querida, eres la pieza final

se volvía cada vez más crítica, y la oscura intención del hombre rico resonaba en el pasillo del calabozo. La opresión en el aire era p

era más. respiró profundamente, intentando recuperar la compostura mientras se ponía d

Niño, deberías aprender a no meterte con asuntos de adultos", dijo con arroganc

físico y su instinto protector se intensificaba. Sabía que debía hacer algo, pero sus habilidades mermadas por los grilletes lo limitaban. La te

nación. Sus manos temblaban, no por debilidad, sino por la mezcla de emociones que bullían en su interior. Observ

emoria cada detalle de la escena. La opresión en el pecho se mezclaba con una fuerza creciente, una

gestaba en Ethan, soltó una risa arrogante. "¿Crees q

ezcla de dolor y enojo, lo acompañaba. Sus ojos, aunque reflejaban la tristeza de la situación, tambié

ningún poder sobrenatural, su presencia irradiaba una fuerza silenciosa. La tensión en el pasillo del ca

ue infligía en ambos. Mientras Ethan observaba impotente, sentía una mezcla de furia y desesperaci

, débil. ¿Qué harás para detenerme?", se burlaba el hombre

la humillación. Miraba a Ethan con ojos llenos de amor y preocup

erraba a la esperanza de que Ethan encon

o las uñas en las palmas de las manos. Cada insulto y gesto despectivo alimentaban la llama ardiente de

es. "Quizás deberías aprender tu lugar, chico. Tu madre está destinada a estar con

la rabia que lo consumía, se esforzaba por mantener la calma, buscando

a de su ser. La aguda pitada en su oído resonaba al unísono con el rugido que crecía en su

n en su cabeza. Se veía a sí mismo atacando al hombre rico con ferocidad, liberando a su madre de su cruel agarre. Sin embargo, la parte rac

terno, una batalla entre su naturaleza apacible y la ira desbordante. Con un susurro apenas audible, intentó llamar l

avecinaba. La energía en la celda estaba cargada, como si la tormenta estuviera a punto de desatarse, pero Ethan luchaba

mismo comprendía. Sus ojos destellaban furia mientras avanzaba hacia el

emblaba por la mezcla de emociones: ira, desesperación y una determinación feroz. La barrera

ón la transformación de su hijo. No entendía completamente lo que estaba

iento estaba sosteniendo, pero apenas. Miró a los guardias inconscientes en la celda, pre

dad creciente. Cada golpe era alimentado por su ira, y aunque la

a los guardias que despertaran y lo ayudaran. La lucha entre Ethan y la barr

n oídos sordos. La barrera de viento, bajo el constante asalto de Ethan, mostraba cada vez m

nzándose contra ella con fuerza y utilizando sus grilletes como arma improvisada. Sus acciones eran i

no es un niño...", murmuró el hombre, casi para sí mismo, al notar la intensidad y det

r ante el implacable ataque de Ethan. El hombre rico, sintiendo que la situ

ando la escena con mezcla de alivio y preocupación. El hombre rico, a pesar

llegando a su punto álgido, y el desenlace estaba a p

Concentró energía mágica a su alrededor, desplegando una barrera más fuerte y sólida. En un instante,

ico aprovechó la oportunidad para conjurar su hechizo con mayor intensidad. La energía mágica se acumulaba en sus manos

el enfrentamiento. La mirada desafiante de Ethan se mantenía, pero ahora también mostraba

fin a la resistencia de Ethan de una vez por todas. La tensión en la celda era palpa

traje negro, impecable, contrastaba con la palidez de su piel. Los ojos amarillos, fríos y pen

llegado, retrocedió instintivamente. La imponencia del traje negro no

los suyos, provocando que se quedara congelado, toda la ira que anteriormente em

sa, levantó las manos en un gesto de rendición. "No es lo que parece", murmuró con nerviosismo, intentando justificar la situació

s y el suave susurro del viento. El hombre misterioso, sin apartar la mirada del hombre rico, parec

situación. "Por favor, señor... no es lo que parece. Esta mujer y su hijo son prisioneros. ¡Yo solo estaba

mirada fría parecía atravesar las palabras vacías y llegar al corazón de la verdad. La tensión en el ai

y preciso. En un instante, sus dedos se convirtieron en una extensión afilada, y con un gesto calculado, trazó un arco en el ai

bre rico, aún congelada en una mueca de terror, voló en un arco grotesco antes de aterrizar en el suelo. La san

que manchaba el suelo no parecía afectarle en lo más mínimo. Su mirada penetrante se posó nuevamente en Arlene, y, sin decir palabra a

o aquel individuo desconocido hacía un gesto rápido con la mano, desafiando toda lógica conocida. Con la boca entreabierta y el corazón latiendo aceleradamente, Ethan se lanzó hacia donde est

y presión. La silueta imponente del recién llegado proyectaba una sombra que, por un momento, hizo sentir a Ethan como si estuviera enfrentándose a algo más allá de su comprensión. L

than y Arlene. Sus ojos, fríos como el hielo, escrutan la escena antes de deslizarse hacia los dos g

a cuchilla invisible, decapita a los dos guardias. La ejecución es precisa y despiadada, sin el menor indici

an y Arlene, sus ojos aún desprendiendo un aura gélida. La voz que romp

dero", declara con un desdén que co

ción, dirige su mirada hacia Arlene y Ethan. Sus o

o un trueno. La indiferencia en su expresión persiste, pero la firmeza en sus palabras revela una deter

La información parece resonar en la atmósfera cargada de la celda, dejando a Ethan con una mezcla de sor

én eres?" Los ojos de Lucius, fríos e imperturbables, se encontraron con los de Ethan mientras pronunciaba su respuesta de manera calmada, pero carente de cualquier afecto: "Soy tu padre". El impacto de esas palabras

ra a esbozar una sonrisa enferma, desconcertó a Ethan. La expresión en los ojos de Lucius, ahora perturbadora y desquiciada, parecía penetrar hast

ono de voz más animado, pero cargado de una locura palpable. La pregunta so

en su voz. La interacción dejaba entrever un oscuro pacto o acuerdo entre A

a intensidad perturbadora. Arlene, por otro lado, parecía sumida en la resign

e un nuevo comienzo", dijo, como si estuviera nombrando a una posesión más que a un hijo. Arlin, o más bien Ethan ahora, lo miró con i

e la confusión y desesperación de Ethan. "Te he esperado mucho tiempo,

ene, sin embargo, no podía ofrecerle consuelo. La situación se volvía cada vez más os

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