Arlin code N#7
na oportunidad para descubrir nuevas formas de enfrentar la adversidad y encontrar la belleza en las pequeñas alegrías que compartían. En ci
nquietante se deslizaba por los pasillos húmedos de la prisión. El sonido apresurado de pasos y el tintineo metálico de llaves creaba
obre un evento trascendental que se aproximaba. Aunque carecía de detalles concretos, el niño sentía la re
ara lo desconocido que aguardaba en la oscuridad. La incertidumbre se entretejía con la d
la puerta al abrirse reveló la entrada de un hombre que irradiaba autoridad y riqueza. Su presencia imponía
y calculadora, barría la celda con un aire de superioridad. Era evidente que este hombre no estaba acostumbrado a que le desafiaran, y la crueldad se dibuja
iciosos escudriñaban a Arlene con una mirada que sugería más interés en su propiedad que en su persona. Ethan, a
jaba lugar a malentendidos. El hombre, sin embargo, parecía más interesado en presiona
pias demandas y Arlene resistiéndose con dignidad. La atmósfera en la celda era opresiva, como
e oído rumores intrigantes acerca de tu linaje", dijo con tono confiado. "Eres parte de una familia
con firmeza: "No sé de qué hablas, y no ten
última de tu estirpe, y necesito que traigas al mundo a los herederos de tu no
ba con fuerza los ropajes de su madre. La escena se desarrollaba como una danza peligro
e descontento en su interior. Sus pequeñas manos se crispaban, y sus ojos, llenos de determinación, se clavaban en el hombre que amenazaba la seguridad
o había consumido en el pasado. Sin embargo, esta vez, él se esforzaría por controlarla, canal
than. "Arlene, he oído hablar de tu linaje noble y tus habilidades excepcionales. Tienes el honor de ser seleccionad
No soy propiedad de nadie. No puedes simplemente llevarme contigo. Tengo un hijo y no
ormente estaba empezando a surgir de nuevo. "Este hombre pretende dañar a mi mamá...esto no
han, sintiendo la amenaza, retrocedió instintivamente. "¡No toques a mi hijo!" exclamó Arlene, tratando de proteger a Etha
pueda interponerse en mis planes. Será mejor que te acostumbres, pequeño. Tu destino es ser
silencio que haría todo lo posible por protegerlo, incluso si eso
. Aunque no eran excesivamente apretados, eran lo suficientemente grandes y pesados para limitar considerablemente la movilidad del niño. Co
a la libertad de Ethan. A pesar de su corta edad, podía sentir el peso y la incomodidad de las restricciones, y la sensación de impotencia volvía a crecer en
e fuera de la celda. A pesar de su desesperación interna, Ethan no podía hacer mucho más que lanzar miradas desafia
mantenían expectantes. Ethan, sintiendo la frustración acumulándose, buscó una salida. Miró sus g
nte, aún se encontraba lejos de ser completamente libre. Desde su celda, intentó articular palabras de resistencia, aunque l
o. Giró hacia los guardias y les ordenó que abrieran la puerta de la celda, pero no contaba con la fuerza interior de
o se lanzó hacia el hombre rico con una velocidad y destreza sorprendentes. Sus movimientos eran ágiles y precisos, sorprendiendo tanto a los
a los guardias que detuvieran al joven. Sin embargo, la exhibición de habilidades físicas de Ethan dejó
eciendo las órdenes del hombre rico. Los grilletes en sus antebrazos, aunque debilitados momentáneamente, aú
oteger a su hijo. La ansiedad y el temor se reflejaban en sus ojos mientras veía cómo los guardias
golpeando al primer guardia en la mandíbula. Aunque los grilletes no se liberaron por com
uardias, desconcertados por la rápida reacción de Ethan, dudaron antes de avanzar nuevamente. La tensión en la
habilidades físicas, ahora plenamente liberadas de las restricciones mágicas, le otorgaban una venta
ndo la espalda, buscando cualquier forma de reducir el malestar. Maldijo para sí mismo por no haber dejado incon
l rostro del hombre rico se transformaba en pura furia. Aquella apuesta arriesgada no solo no hab
las miradas dirigidas hacia él y adivinaba que algo terrible estaba a punto de suceder. Sus sentidos se agudizar
han. La perspectiva de una nueva confrontación tensó el ambiente, y Ethan se preparó para enfrentar a los dos
aptar cada detalle: la respiración agitada de los guardias, la ira palpable del hombre rico y la preocupación reflejada en los ojos de Arlene. Las sensaciones de los antepa
rvó detenidamente al que anteriormente había golpeado en la nariz, fijando su mi
isadas armas. Golpeó directamente en el mentón del guardia que previamente había herido, procurando dejarlo noqueado
ron en una suerte de vendaval, lanzando patadas precisas en dirección al guardia. La sorpresa y torpeza del guardia jugaron a favor de Ethan
rribó al guardia, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo de la celda. Rápida
ia, procurando dejarlo inconsciente sin llegar a causarle lesiones graves. Cada golpe resonab
sentir un resquicio de orgullo por la valentía y habilidad de su hijo. Sabía que Ethan
do. La expresión desagradable en su rostro se transformó en una mezcla de irritación y consideración. En ese breve instante, Ethan
oy a enseñar tu lugar", gruñó mientras un aura mágica azul comenzaba a emanar de él. La celda
mágica. Era como si una fuerza invisible los oprimiera, haciendo que se les dificultara respirar.
Ethan, tratando de protegerlo de alguna manera. La mirada entre madre e hijo transmitía una deter
accionaría ante esta demostración de poder. La situación en la celda se volvía cada vez más tensa, co
guerrero avezado, lejos de parecer un novato en las artes del combate. La presión mágica que emanaba de él era más abrumadora de lo que Et
ntenía el tenso enfrentamiento visual, un recuerdo desagradable se filtró en la mente de Ethan: unos ojos llenos de soberbia y orgullo prepotente, un ceño fruncido y una sonrisa desagradable. Notó con sorpresa que la expresión del hombre rico era extr
tuación solo servía para avivar las llamas de su determinación. El hombre rico, por otro lado, notó la mirada desafiante de Ethan y su postura intrépida, lo que añadió un mati
tmósfera cargada de anticipación. El aire vibraba con la magia opresiva del hombre y la volunta
pletamente las palabras, las asociaba con el latín, un idioma que había escuchado en su vida anterior. Las sílabas místicas y el tono ominoso del hombre r
volverlo. La magia se materializaba en sus palabras, creando una atmósfera aún más cargada en la celda. Aunque Ethan no compr
l presente oscuro de Ethan y Arlene. Ambos, madre e hijo, se veían atrapados en un conflicto mágico que ib
mágica que se arremolinó hacia Ethan. Ante el peligro inminente, Ethan instintivamente empu
El viento mágico, oscuro y veloz, envolvió a Ethan, quien resistió el impacto con valentía. La
hueco en la prisión. El viento disipó la oscuridad, revelando a Ethan en el suelo del pasillo, aturdido, per
stia hacia el pasillo mientras el hombr
la embestida mágica. El dolor en su espalda resonaba en cada movimiento, y estaba visiblemente desorientado mientras intentaba l
ejó aturdido y desorientado, mientras su madre, desde la celda, observaba con preocupación. Los destellos de la magia y el sonido retumban
dándose, vio como su madre estaba sien
n despiadada. Ethan, aún desorientado en el suelo, luchaba por ponerse de pie, su visión borrosa y sus oídos zumbando con el p
a Ethan en el suelo. Pero el hombre, con una risa desagradable
irada triunfante hacia Ethan. "Y tú, querida, eres la pieza final
se volvía cada vez más crítica, y la oscura intención del hombre rico resonaba en el pasillo del calabozo. La opresión en el aire era p
era más. respiró profundamente, intentando recuperar la compostura mientras se ponía d
Niño, deberías aprender a no meterte con asuntos de adultos", dijo con arroganc
físico y su instinto protector se intensificaba. Sabía que debía hacer algo, pero sus habilidades mermadas por los grilletes lo limitaban. La te
nación. Sus manos temblaban, no por debilidad, sino por la mezcla de emociones que bullían en su interior. Observ
emoria cada detalle de la escena. La opresión en el pecho se mezclaba con una fuerza creciente, una
gestaba en Ethan, soltó una risa arrogante. "¿Crees q
ezcla de dolor y enojo, lo acompañaba. Sus ojos, aunque reflejaban la tristeza de la situación, tambié
ningún poder sobrenatural, su presencia irradiaba una fuerza silenciosa. La tensión en el pasillo del ca
ue infligía en ambos. Mientras Ethan observaba impotente, sentía una mezcla de furia y desesperaci
, débil. ¿Qué harás para detenerme?", se burlaba el hombre
la humillación. Miraba a Ethan con ojos llenos de amor y preocup
erraba a la esperanza de que Ethan encon
o las uñas en las palmas de las manos. Cada insulto y gesto despectivo alimentaban la llama ardiente de
es. "Quizás deberías aprender tu lugar, chico. Tu madre está destinada a estar con
la rabia que lo consumía, se esforzaba por mantener la calma, buscando
a de su ser. La aguda pitada en su oído resonaba al unísono con el rugido que crecía en su
n en su cabeza. Se veía a sí mismo atacando al hombre rico con ferocidad, liberando a su madre de su cruel agarre. Sin embargo, la parte rac
terno, una batalla entre su naturaleza apacible y la ira desbordante. Con un susurro apenas audible, intentó llamar l
avecinaba. La energía en la celda estaba cargada, como si la tormenta estuviera a punto de desatarse, pero Ethan luchaba
mismo comprendía. Sus ojos destellaban furia mientras avanzaba hacia el
emblaba por la mezcla de emociones: ira, desesperación y una determinación feroz. La barrera
ón la transformación de su hijo. No entendía completamente lo que estaba
iento estaba sosteniendo, pero apenas. Miró a los guardias inconscientes en la celda, pre
dad creciente. Cada golpe era alimentado por su ira, y aunque la
a los guardias que despertaran y lo ayudaran. La lucha entre Ethan y la barr
n oídos sordos. La barrera de viento, bajo el constante asalto de Ethan, mostraba cada vez m
nzándose contra ella con fuerza y utilizando sus grilletes como arma improvisada. Sus acciones eran i
no es un niño...", murmuró el hombre, casi para sí mismo, al notar la intensidad y det
r ante el implacable ataque de Ethan. El hombre rico, sintiendo que la situ
ando la escena con mezcla de alivio y preocupación. El hombre rico, a pesar
llegando a su punto álgido, y el desenlace estaba a p
Concentró energía mágica a su alrededor, desplegando una barrera más fuerte y sólida. En un instante,
ico aprovechó la oportunidad para conjurar su hechizo con mayor intensidad. La energía mágica se acumulaba en sus manos
el enfrentamiento. La mirada desafiante de Ethan se mantenía, pero ahora también mostraba
fin a la resistencia de Ethan de una vez por todas. La tensión en la celda era palpa
traje negro, impecable, contrastaba con la palidez de su piel. Los ojos amarillos, fríos y pen
llegado, retrocedió instintivamente. La imponencia del traje negro no
los suyos, provocando que se quedara congelado, toda la ira que anteriormente em
sa, levantó las manos en un gesto de rendición. "No es lo que parece", murmuró con nerviosismo, intentando justificar la situació
s y el suave susurro del viento. El hombre misterioso, sin apartar la mirada del hombre rico, parec
situación. "Por favor, señor... no es lo que parece. Esta mujer y su hijo son prisioneros. ¡Yo solo estaba
mirada fría parecía atravesar las palabras vacías y llegar al corazón de la verdad. La tensión en el ai
y preciso. En un instante, sus dedos se convirtieron en una extensión afilada, y con un gesto calculado, trazó un arco en el ai
bre rico, aún congelada en una mueca de terror, voló en un arco grotesco antes de aterrizar en el suelo. La san
que manchaba el suelo no parecía afectarle en lo más mínimo. Su mirada penetrante se posó nuevamente en Arlene, y, sin decir palabra a
o aquel individuo desconocido hacía un gesto rápido con la mano, desafiando toda lógica conocida. Con la boca entreabierta y el corazón latiendo aceleradamente, Ethan se lanzó hacia donde est
y presión. La silueta imponente del recién llegado proyectaba una sombra que, por un momento, hizo sentir a Ethan como si estuviera enfrentándose a algo más allá de su comprensión. L
than y Arlene. Sus ojos, fríos como el hielo, escrutan la escena antes de deslizarse hacia los dos g
a cuchilla invisible, decapita a los dos guardias. La ejecución es precisa y despiadada, sin el menor indici
an y Arlene, sus ojos aún desprendiendo un aura gélida. La voz que romp
dero", declara con un desdén que co
ción, dirige su mirada hacia Arlene y Ethan. Sus o
o un trueno. La indiferencia en su expresión persiste, pero la firmeza en sus palabras revela una deter
La información parece resonar en la atmósfera cargada de la celda, dejando a Ethan con una mezcla de sor
én eres?" Los ojos de Lucius, fríos e imperturbables, se encontraron con los de Ethan mientras pronunciaba su respuesta de manera calmada, pero carente de cualquier afecto: "Soy tu padre". El impacto de esas palabras
ra a esbozar una sonrisa enferma, desconcertó a Ethan. La expresión en los ojos de Lucius, ahora perturbadora y desquiciada, parecía penetrar hast
ono de voz más animado, pero cargado de una locura palpable. La pregunta so
en su voz. La interacción dejaba entrever un oscuro pacto o acuerdo entre A
a intensidad perturbadora. Arlene, por otro lado, parecía sumida en la resign
e un nuevo comienzo", dijo, como si estuviera nombrando a una posesión más que a un hijo. Arlin, o más bien Ethan ahora, lo miró con i
e la confusión y desesperación de Ethan. "Te he esperado mucho tiempo,
ene, sin embargo, no podía ofrecerle consuelo. La situación se volvía cada vez más os