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DOCTOR CEO

Capítulo 3 Sus ojos

Palabras:1404    |    Actualizado en: 26/02/2024

— Gracias — se acercó —, no tuve tiempo de agradecerte. Retrocedí dos pasos. — No es necesario, está bien, me gradué para esto, para ayudar a la gente. Con unos cuantos pasos más, se acercó nuev

para poder regresar pronto al hospital. Y con lágrimas en los ojos me despedí. Un auto negro se detuvo a nuestro lado y de él se bajó el Doctor Bertoni, caminando hacia nosotros, tomando las cestas de mis manos y metiéndolas dentro del auto. Sus ojos estaban muy abiertos, como los míos, sin creer lo que estábamos viendo, justo frente a nosotros. - ¿Vamos? — Me asusté cuando me tomó de la mano y me arrastró hacia el auto, cerrando la puerta conmigo adentro. Ni siquiera tuve tiempo de protestar. Entró enseguida y se puso en marcha. —¿Qué fue todo eso? — Lo miré con incredulidad después de que atravesamos las puertas. —Vine a buscarte, me preguntó Alejandro. Lo miré con recelo. — No hay de qué preocuparse, hazle saber que estoy bien y cooperaré con la policía, te juro que no daré entrevistas ni demandaré al hospital. Me miró rápidamente, asombrado, antes de volver a mirar la pista. — ¿Crees que por eso te llevé? Asenti. — Sí, me acabas de decir que estás aquí por petición del director del hospital. ¿Qué debería pensar? Él simplemente sonrió. — ¿Dije algo gracioso? — Me apreté el cinturón, todavía me dolía la cabeza. — No lo dijo, pero sí, de hecho me preguntó. Pero lo hice porque quería, ¿dónde vives realmente? Saqué mi celular de mi bolso y escribí mi dirección en la pantalla. Miró con calma la dirección antes de fruncir el ceño. - ¿Algún problema? Pregunté, preocupada. —No hay problema, lo siento. Lo vi tensarse. —Vamos, puedes hablar. ¿Tienes problemas con el barrio? El nego. — No el barrio, sino el barrio. ¿Vives en el mismo barrio que Salvani? Confirmé. —Moro, ¿por qué? —Entonces… ¿qué son ustedes dos exactamente? Tu pregunta invadió mi privacidad en diez idiomas diferentes. Santo cielo. ¿Es serio que tenga que darle este tipo de satisfacción en mi vida a alguien? Resoplé irritadamente. — No tenemos ninguna relación, doctor, él simplemente me atendió en el hospital, tal como lo hizo usted. — Le señalé, antes de girar mi cuerpo hacia la ventana y ver los autos pasar a nuestro alrededor. Me hacía sentir completamente incómodo tener que explicarle a alguien mi antigua relación con Juan, ya que siempre la había mantenido en secreto. El silencio reinó dentro del auto por unos segundos, hasta que rompió el ambiente. — Lo siento, mi pregunta fue demasiado invasiva, pero tenía curiosidad por saber. Lo miré, ya molesto. - ¿Por qué? — Arqueé una ceja. - ¿Qué? Me crucé de brazos, llena de odio. — ¿Por qué quieres saber de mi relación con Sal

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